Ricardo Adarraga es el nuevo presidente del comité de Esquí de Velocidad (Speed Skiing) de la Federación Internacional de Esquí (FIS).
Ricardo Adarraga (1965) es el embajador español del esquí de velocidad. El veterano esquiador guipuzcoano es el plusmarquista español de esquí de velocidad -240,642 km/h- y hace tres meses fue elegido presidente del comité de Esquí de Velocidad (Speed Skiing) de la Federación Internacional de Esquí (FIS). Adarraga, que sigue en activo, sustituye al sueco Per Kjellstrom. Turiski mantuvo una amplia conversación para conocer sus inquietudes.
¿Qué puedes aportar como nuevo responsable del esquí de velocidad de la FIS?
-Aun siendo miembro del comité desde 2018, dar este paso no ha sido una decisión fácil. El puesto entraña una gran responsabilidad y trabajo. No obstante, varios colegas del comité y de la disciplina me pidieron que asumiese la sucesión de Per. El empujón final me lo dio el presidente de la RFEDI May Peus al expresarme su pleno apoyo y por tanto proponerme como candidato al consejo de la FIS. Al final es el máximo órgano de la FIS, su consejo, el que decide nómbrame.
Ricardo Adarraga: «el esquí de velocidad es un deporte extremo y de riesgo, por lo que nunca seremos un deporte de masas. Esto complica la política de promoción»
¿Tu experiencia cuenta mucho?
-Personalmente traigo veinte años de experiencia en la disciplina en la que tuve que empezar desde cero. Esto me ha exigido actuar en diferentes funciones aparte de la de atleta. He acumulado mucha experiencia en diferentes áreas y he establecido una buena red de contactos entre atletas, federaciones, organizadores, FIS, así como en la industria del esquí. Aparte traigo mi experiencia profesional de más de 25 años dirigiendo proyectos de I+D con grandes presupuestos y cooperando con equipos de marketing en Hewlett Packard Enterprise.
Para mí es un gran honor y una gran responsabilidad representar a España en una función de este nivel y en una organización internacional como la FIS. Espero poder contribuir a dar una buena imagen de España en el mundo de los deportes de invierno.
¿Cuáles son tus objetivos?
-En el esquí de velocidad o kilómetro lanzado (KL) no lo tenemos fácil. Somos una disciplina no olímpica, lo cual siempre es un lastre a nivel institucional. Es un deporte extremo y de riesgo, por lo que nunca seremos un deporte de masas. Esto complica la política de promoción. Cada tanto tiempo grandes generaciones de corredores se retiran y dejan una especie de vacío. Sin embargo, la historia demuestra que la pasión de los que hacemos este deporte, tanto deportistas como organizadores mantiene viva esta fascinante disciplina que siempre resucita de sus cenizas.
«Me enorgullece especialmente haber traído la final de la copa del mundo de esquí de velocidad a Formigal en abril de 2023»
¿Y el plan de trabajo?
Me he fijado 4 áreas fundamentales a desarrollar en los próximos 2 años. Primero: velocidad con competiciones de más de 180 km/h para diferenciarnos claramente de otras disciplinas de velocidad; segundo: incrementar la seguridad en las competiciones; tercero: desarrollo mediático aprovechando la nueva estructura en la FIS y cuarto: desarrollo del futuro de la disciplina. Por eso me enorgullece especialmente haber traído la final de la copa del mundo de esquí de velocidad a Formigal en abril de 2023.
¿Los aires de modernidad desde la entrada del sueco Johan Eliasch a la presidencia de la FIS se han trasladado al esqui de velocidad?
En este momento se abre una gran oportunidad para el KL. La FIS con su presidente Johan Eliasch al frente está realizando profundos cambios que afectarán sobre todo a la comercialización y visualización de las disciplinas FIS. En este aspecto la nueva dirección de la FIS ha puesto el foco en el KL como una disciplina diferente y espectacular que quiere potenciar. El mundial de Vars (Francia) en marzo de 2023 será por deseo expreso de la dirección de la FIS uno de los grandes eventos de la temporada. El objetivo es batir el récord del mundo en la final. Será probablemente la competición FIS de KL más importante desde los Juegos Olímpicos en Albertville en 1992.
«No es fácil encontrar una pista de esquí de velocidad. Se necesita una pendiente recta con un desnivel mínimo de 180 metros y un largo llano en la base para la frenada»
¿Qué se puede hacer para ampliar el circuito e incorporar nuevas estaciones y pistas de velocidad?
Lo más importante es identificar una pendiente con potencial para montar una pista de esquí de velocidad o KL. Esto no es fácil, porque se necesita una pendiente recta con un desnivel mínimo de 180 metros, un largo llano en la base de la pendiente para la frenada y una buena transición entre pendiente y frenada. Además, el acceso a la pista no debería tener muchas complicaciones. No es fácil encontrar un lugar que reúna todas estas características. Habitualmente tenemos pistas con mucha pendiente y desnivel, pero sin llano en la base o pistas con buena frenada pero poco desnivel.
De la nueva pista de Formigal, todavía por estrenar, que esta temporada acoge la final de la Copa del Mundo. ¿Que puedes avanzar?
En Formigal tenemos mucha suerte, porque la pista reúne todos los requisitos, que cité anteriormente. Me atreveria a decir que es casi perfecta. A partir de aquí hace falta una implicación total de la estación de esquí en todo lo concerniente a la preparación de la pista y en la organización de todos los aspectos de la competición. Un excelente ejemplo de organización son las pruebas de en Grandvalira en Andorra.
«No se cuanta cuerda me queda todavía. Sigo en forma tanto física, como mental. Tal vez me queda volver a batir el récord de España y acercarlo a los 250 km/h»
De momento, compaginas el cargo y sigues en activo. ¿Hasta cuándo?
Efectivamente, no hay incompatibilidad con el cargo, por lo que compaginaré ambas actividades. Durante las competiciones las funciones de la FIS las realizan los delegados técnicos, por lo que podré concentrarme cien por cien en la competición. Cada fin de temporada me planteo si seguir o no y hasta ahora ha sido que sí. Ya son veinte años desde que hice mi primera competición en el Pro Mondial de Les Arcs de 2003, donde compartí debut con mi referente y amigo el italiano Simone Origone, que también sigue compitiendo. He convivido con varias generaciones de esquiadores de velocidad. Mi última temporada fue de las mejores con un noveno puesto en la general de la Copa del Mundo.
-¿En plenas condiciones físicas para seguir bajando a más de 200 k/h?
-No se cuanta cuerda me queda todavía. Sigo en forma tanto física, como mentalmente. Ahora mismo sigo disfrutando de un deporte que me exige estar en forma y siempre me vuelve a dar alguna satisfacción. En cuestión de objetivos creo que he alcanzado casi todo lo que me había propuesto, tal vez me queda volver a batir el récord de España y acercarlo a los 250 km/h, lo cual me metería entre los 10 o 20 más rápidos de todos los tiempos. Este año estará muy difícil, porque habrá que alcanzar un top-10 en la semifinal del mundial para poder tener la oportunidad de estar en la final y salir desde la cumbre del Pic de Chabriere en Vars. No es imposible y eso me basta como motivación para ir a por ello.
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