Tras hacerse públicas las imágenes, la alpinista noruega Kristin Harila y su equipo, que pasaron junto al montañero paquistaní Muhammad Hassan, fueron acusados de omisión del socorro.
Las autoridades del Pakistán iniciaron una investigación para esclarecer la muerte del montañero/porteador de altura paquistaní Muhammad Hassan que falleció el pasado 27 de julio en el ‘cuello de botella’ del K2, a más de 8.000 metros de altura. El accidente mortal se conoció unos días más tarde al hacerse públicas una imágenes del luctuoso percance gravadas por Lakpa Sherpa. Hassan cayó en la zona más comprometida de la ruta a la cima del K2 con la mala suerte de hacerlo en una posición extraña y quedó colgando de las cuerdas fijas. Muhammad Hassan, natural de una aldea del valle de el valle de Shigar, tenía 27 años y deja viuda con tres hijos de 8, 5, y 3 años.
La tragedia tomó un giro aún más desolador cuando decenas de escaladores pasaron por encima de su cuerpo sin prestarle la ayuda ni preparar una operación de rescate
La tragedia tomó un giro aún más desolador cuando decenas de escaladores pasaron por encima de su cuerpo sin prestarle la ayuda necesaria e intentar recuperarlo para intentar su evacuación. El alpinista pakistaní pudo estar agonizando alrededor de tres horas y según medios locales se calcula que entre 50 y 70 alpinistas pasaron junto a él. Lamentablemente todo el mundo miró hacia otro lado.
Las circunstancias exactas de su muerte aún no se esclarecieron, pero si se confirmó que iba equipado con un equipo de ropa inferior a lo que se exige cuando se afronta la segunda montaña más alta de la tierra. Su fallecimiento es un sombrío recordatorio de los riesgos inherentes a la escalada en alta montaña. Lo que agrega una capa de tristeza a esta tragedia es el hecho de que varios alpinistas, enfocados en sus propias aspiraciones por lograr la cima, pasaron al lado del cuerpo del alpinista sin prestarle la debida atención o asistencia. La falta de solidaridad en momentos críticos plantea preguntas sobre la ética y el sentido de comunidad en el mundo del alpinismo.
Kristin Harila señalada de omisión de socorro
Precisamente el 27 de julio fue el mismo día que Kristin Harila y Tenjin «Lama» Sherpa hicieron cumbre en el K2 y se convirtieron en los alpinistas más rápidos en subir a los 14 ochomiles al hacerlo en 92 días. Ante las críticas, Harila se defendió diciendo que «hicieron todo lo posible por ayudarle, pero que las condiciones eran demasiado peligrosas para trasladarlo».
La escalada en el K2, conocido como «la montaña salvaje», es un desafío extremo que pone a prueba la resistencia y preparación de los alpinistas. Sin embargo, situaciones como esta subrayan la importancia de priorizar la seguridad y el bienestar de todos los montañeros, independientemente de sus objetivos individuales.
Kristin Harila se defiende señalando que hicieron todo lo posible por ayudarle, pero que las condiciones eran demasiado peligrosas para trasladarlo
La comunidad alpinista está en duelo por la pérdida de un compañero, y este incidente volvió a poner sobre la mesa la necesidad de un mayor enfoque en la responsabilidad y la cooperación entre los escaladores en condiciones tan extremas. En última instancia, la montaña debe ser un lugar donde se cultive el respeto y la humanidad, incluso en medio de los desafíos más formidables.
Esta luctuosa desgracia debe servir como para reflexionar sobre las prioridades en el alpinismo y para recordar que, en última instancia, la camaradería y la empatía son esenciales en la búsqueda compartida de conquistar las alturas más elevadas de nuestro planeta.
Micromecenazgo para ayudar a la familia de Muhammad Hassan
El montañero Wilhelm Steindl, que estuvo el día del fatal accidente en el K2, creó un crowdfounding para ayudar a su familia. Steindl no hizo cima y se dio la vuelta a 8.200 metros.
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