Diego Botín (Madrid, 1993) es uno de los grandes talentos de la vela española. Nacido en una familia de renombre, con vínculos tanto en el mundo financiero como en la náutica, ha destacado en el ámbito deportivo por méritos propios. Su padre, Gonzalo Botín, ha sido un referente en la vela de competición amateur, mientras su tio, Marcelino, está considerado uno de los mejores diseñadores navales del mundo, actualmente trabajando en el equipo Alinghi Red Bull Racing de la Copa del América. A sus 30 años, ha construido un palmarés impresionante, con una medalla de oro en los Juegos olímpicos de París 2024 y un cuarto puesto en Tokio 2020. Apenas un mes antes de su triunfo olímpico en 49er junto a su inseparable Florian Trittel, logró una histórica victoria en el circuito de catamaranes SailGP, tras una final electrizante en San Francisco contra Australia y Nueva Zelanda. Este joven regatista santanderino sigue brillando en los mares y consolidándose como una figura en la vela mundial.
Hablamos con el regatista santanderino durante la disputa de la serie eliminatoria de los challengers de la America’s Cup.
¿No se le ponen los dientes largos viendo por televisión la America’s Cup?
La verdad es que ahora mismo no, porque he tenido una temporada muy larga e intensa con SailGP y los Juegos Olímpicos. Necesito este descanso y disfrutar de un tiempo con menos estrés, así que estoy encantado de ser un mero espectador.
¿Es una utopía pensar de momento en la AC?
Es así hasta que es posible. Es muy difícil de momento, todos soñamos con un desafío español. Se tienen que dar muchas cosas. Honestamente creo que España tiene potencial para ello, pero no veo cómo encontrar la manera.
¿Le gustaría navegarla en un barco diseñado por su tío Marcelino?
Risas, obviamente sería increíble trabajar con él en algún momento, coincidir en nuestras carreras. No sé sus planes futuros, no hemos hablado de ello. Marcelino lleva ya muchos años dándolo todo…
Qué intensa la regata final de SailGP en San Francisco, ¿no?
Nosotros lo planteamos intentando hacer el primer día lo mejor posible, pero fallamos en las salidas. Sabíamos que si estábamos quintos o sextos y si los franceses no destacaban nos metíamos en la final. Pero se nos complicaron mucho las cosas. Terminamos el primer día séptimos, pero los cuatro primeros estaban muy distanciados en puntos para recuperarlos en las dos pruebas restantes. Los franceses estaban delante, aunque varios equipos estaban muy cerca de ellos en puntos y por probabilidad era más fácil que ellos perdieran posiciones a que nosotros no las ganásemos.
¿Cómo plantearon la estrategia para el segundo día?
El segundo día decidimos intentar molestarles todo lo posible para que ellos perdieran posiciones, pero sabíamos de su gran potencial para navegar en esas condiciones, en las que son uno de los mejores equipos. En la primera logramos que salieran mal, pero fue increíble como los dos fuimos remontando en la flota hasta terminar delante. En la segunda ellos tuvieron un error no forzado que les dejó sin opciones.
Cuando vieron que ganan una plaza en la final ¿hicieron un reset o ya tenían un plan preestablecido?
Teníamos bastante claro cómo afrontar la final a tres. En la salida hay más espacio y lo más importante es salir navegando a máxima velocidad. Al haber más espacio es muy probable que los tres barcos lo consigan, y es vital estar cerca del lado favorecido de la línea. Nosotros hicimos una estrategia para poder estar en cualquier lado y en la aproximación nos dimos cuenta que ellos dos no podrían llegar a barlovento a máxima velocidad, y buscaron el pin. Nos quedamos solos en barlovento y entonces teníamos que ajustar el timing a máxima velocidad. Lo logramos y llegamos sin problemas a la primera boya. Por suerte habíamos tenido cuatro días de entreno previos para trabajar algunos puntos débiles, como la velocidad y maniobras en un recorrido tan grande como el de San Francisco. Mejoramos mucho técnicamente para mantenernos delante después de la gran salida que hicimos.
¿Y al cruzar la línea de llegada?
Cuando cruzamos la línea fue puro éxtasis, una explosión de emociones. Nos lo creíamos, pero a la vez no lo creíamos. Después de todo lo que hemos pasado está temporada, fue aún más increíble. En mi opinión empezamos con un nivel técnico bajo, fuimos capaces de aprender mucho y es lo que más enorgullece del equipo. Yo era casi nuevo timoneando el barco y Joel (Rodríguez) se estrenaba como controlador de vuelo. Al final de la temporada teníamos un barco capaz de competir contra cualquiera. Hemos tenido momentos duros. En Dubái parecía que se nos escapan las opciones, en Canadá rozamos la final, y la noche del sábado en San Francisco nuestras opciones se nos habían complicado mucho. Por eso la explosión fue tan, tan fuerte. Los kiwis y australianos tienen mucha experiencia en este barco y en los de la America’s Cup con foils, pero siempre creímos en nosotros mismos.
¿Acompleja competir en SailGP contra Peter Burling y Tom Slighsby?
Más que eso te motiva mucho poder competir contra dos de los mejores regatistas del momento. Contra Peter ya había competido en 49er y a Tom le he seguido toda su carrera, han sido dos de mis ídolos. Tener la oportunidad de competir contra ellos con el mismo barco es una motivación enorme y para ganarles has de hacerlo todo perfecto. Ya disputamos con éxito la final de Bermudas contra ellos, y eso nos daba confianza para la súper final.
¿Ya tienen resuelto la continuidad del equipo español en SailGP?
Seguimos trabajando en ello, es un no parar. SailGP este año ha experimentado un boom muy grande en audiencias, impactos, la venta de franquicias a equipos, etc. El aumento del impacto de la liga es muy prometedor para nosotros, pero hasta que no estemos en la salida del primer evento de la próxima temporada no podremos afirmar que tenemos la continuidad asegurada. Confío que lo lograremos.
¿Ganar la medalla de oro en Marsella ha sido cumplir un sueño?
La verdad es que sí. Desde que empecé a navegar con siete años era una ilusión. He trabajado muchos años con el objetivo de conseguirla y lograrlo es algo increíble. En un mismo año hemos cumplido dos grandes objetivos, ha sido un mes muy intenso. Lo hablé con Flo (Florian Trittel) antes de viajar a San Francisco desde Marsella, donde fuimos unos días a entrenar, “vaya mes que nos espera”.
¿Un poco más de viento en Marsella les hubiera hecho la vida más fácil?
Creo que sí, pues las condiciones ligeras son nuestra peor condición. Por el contrario, otros equipos también navegan mejor con vientos medios y fuertes. Aunque Una de nuestras virtudes es que haya un rango de condiciones muy amplio en un campeonato. Hay especialistas con viento ligero, medio o fuerte, pero nosotros nos defendemos en todas, somos más polivalentes.
¿Ha visto el video de la medal race?
Algún resumen sí, pero la regata entera todavía no.
Pues hágalo porque fue la regata perfecta
Risas, fue todo redondo, pero el día anterior hicimos una regata que no fue precisamente perfecta. Tuvimos ese gran día el tercero, pero el siguiente día hicimos dos primeras pruebas muy mal. En la última, antes de la medal race, soplaba más viento y nos cambiaron el campo de regatas, conseguimos defendernos del kiwi y mantenernos líder para la decisiva medal. Es muy importante empezarla liderando, además había una gran lucha por las medallas y nos ayudó que los rivales también navegaran para asegurarse una medalla. Había una tensión enorme.
Hábleme de Flo
Es un regatista con un talento brutal, tiene un feeling especial para entender el barco, tanto con el ala del SailGP como en el 49er, y logra que el barco tenga un punto más. Como equipo congeniamos muy bien, tenemos una visión similar y eso es muy importante para tomar decisiones. Tiene un potencial increíble, es una persona que cuando se conecta, se enchufa de verdad. Tiene una capacidad de concentración sorprendente.
La convivencia durante una campaña olímpica es muy exigente, ustedes además comparten la de SailGP simultáneamente.
Pasamos juntos muchos días al año, te diría que más de 200. Pero tenemos ganas de seguir y hacer otra campaña olímpica. Debemos dejar pasar un poco tiempo y ver cómo orientamos nuestras vidas. No está descartado, pero tampoco hemos decidido empezar enseguida a tope, a fondo. Sabemos el nivel de exigencia y dedicación que requiere. Para tomar la decisión los dos debemos tener muy claro que estamos dispuestos a sacrificarnos, porque si lo hacemos es para buscar una segunda medalla. Al margen del 49er queremos seguir en SailGP, y personalmente quiero empezar a navegar en Moth. Es un barco increíble que permite desarrollarlo técnicamente mucho, y eso me atrae mucho. La posibilidad de competir en otros circuitos no me lo he planteado hasta que no resuelva las otras prioridades.
Dejo para el final la pregunta menos amable, ¿por qué a menudo salen tan mal en SailGP?
Obviamente las salidas han sido nuestro punto más débil. Tenemos que dar un paso en esto. Yo soy el máximo responsable en las salidas y tengo que entender más la dinámica en regatas de flota, también trabajar más el barco contra barco. Durante la temporada hemos querido ser conservadores para evitar situaciones conflictivas con otros barcos. No queríamos colisiones ni penalizaciones. Para la próxima temporada debemos mejorarlo si queremos ser más consistentes en las posiciones delanteras.