El aventurero español Antonio de la Rosa partió de Madrid con destino a Punta Arenas (Chile) para afrontar uno de los desafíos más extremos de su carrera, alcanzar en solitario el Polo Sur Geográfco. Esta travesía, que representa una de las hazañas más extremas de su carrera, también se erige como un desafío personal, físico y emocional, además de un llamado a la conciencia ambiental.
Camino hacia el Polo Sur Geográfico
De la Rosa partió de Madrid con destino a Punta Arenas, en Chile, donde se prepara para volar en avioneta hasta Hércules Inlet, ubicado en la plataforma de hielo de Ronne. Desde allí, comenzará un recorrido de 1.130 kilómetros a través de la inmensa y hostil planicie antártica, enfrentándose a temperaturas que pueden llegar a -50?°C y vientos que superan los 170 km/h. Durante la travesía, arrastrará un trineo cargado con entre 70 y 80 kilogramos de suministros esenciales, necesarios para sobrevivir en uno de los entornos más inhóspitos del planeta.
El Polo Sur es un destino emblemático para cualquier aventurero y, en el caso de De la Rosa, también simboliza la culminación de su lista de exploraciones en los confines más desconocidos y extremos del mundo. A lo largo de su carrera, ha demostrado una capacidad sobresaliente para superar desafíos de esta magnitud, como la travesía del océano Pacífico en paddle surf o a remo del océano Pacifco. La última fue su Desafío Antártico.
Un símbolo de conciencia ambiental
Sin embargo, esta expedición va más allá de lo personal. Antonio busca sensibilizar sobre la fragilidad de los ecosistemas polares, que desempeñan un papel crucial en la regulación climática del planeta. La Antártida, hogar del Polo Sur Geográfico, es el mayor reservorio de agua dulce de la Tierra y un indicador vital del cambio climático, cuya aceleración está transformando tanto los paisajes helados como el equilibrio del clima global.
El destino final de Antonio, el Polo Sur Ceremonial, está cerca de la Base Amundsen-Scott. Allí se encuentran una esfera metálica montada sobre un pedestal y las banderas de los países firmantes del Tratado Antártico, a pocos metros del Polo Sur Geográfico. Este último, marcado por una estaca y un letrero, se mueve aproximadamente 10 metros al año debido al desplazamiento de la capa de hielo, lo que obliga a reajustar su ubicación cada Año Nuevo.
Antes de partir, con la emoción y los nervios propios de un reto tan extraordinario, Antonio de la Rosa compartió sus impresiones sobre los preparativos, los retos que le esperan y las expectativas que lo acompañan en esta aventura épica. Su misión es clara. Quiere llegar al corazón de la Antártida y, al mismo tiempo, inspirar a otros a protegerla.
Antonio, ¿cómo han sido los preparativos para esta expedición tan extrema?
– Bueno, ya ha acabado lo malo y empieza lo bueno. Lo malo ha sido los preparativos. La verdad es que los últimos días han sido un sin parar, como siempre pasa en todas las expediciones, que son complejas de preparar. Siempre es lo más duro y lo más difícil, pero ya esta. Parecía que me quedaba mucho tiempo, pero como siempre suele pasar todo muy liado. Me gusta hilar muy fino y llevar el menor peso posible para ir lo más rápido que pueda. Si, al final los últimos días han sido de locos. Apenas he dormido.
Ahora que ya estas listo, ¿cómo te sientes antes de partir?
– Desde este momento que salgo de Madrid a Punta Arenas, hasta el momento que vaya al Unión Glaciar en la Antártida, va a pasar aproximadamente una semana. Esa semana la voy a aprovechar para comer y dormir todo el día. Lo bueno es que voy preparado para la expedición. Solo tengo que abrir los paquetes, coger las cosas y marchar al Polo Sur. Creo que en esta ocasión se me van a saltar las lágrimas porque llevo soñando con esta expedición al Polo Sur durante más de una década. Al fin se hizo realidad. Era casi una fijación llegar al Polo Sur junto con las travesías oceánicas, bien al contraio que, por ejemplo, subir al Everest, que no me atrae.
¿Qué destacarías de esta expedición en comparación con otras que has hecho?
-Bueno, espero conseguir ese objetivo, que no es fácil. La parte positiva de esta expedición es que voy con una empresa que me lleva a un lado y me recoge en el otro. Esa empresa se encarga de la seguridad. Con lo cual, si tengo un problema, entre seis y doce horas pueden llegar a un rescate o una asistencia.
¿Cómo pueden seguir tu progreso quienes estén interesados en tu aventura?
– Animo a todos a que me sigáis y mandéis mensajes. Creo que va a ser una expedición apasionante. Espero ir lo más rápido posible, que no tarde muchos días para que no os aburráis. Podéis seguirme en mi página, antoniodelarosa.net, o en una nueva página que hemos creado, antonioexpeditions.com .Ahí vais a poder seguir mi progreso. No obstante, va a ser muy difícil que pueda leer esos mensajes, pero quedarán guardados y me hará muchísima ilusión cuando termine la aventura poder leerlos Llevo un dispositivo satelital que marca mi posición cada 20 o 30 minutos. Podréis ver exactamente el movimiento, los kilómetros que hago cada día gracias a los amigos de Rais. Aí que, nada, os animo a todos a seguirme.
