La historia del dominio Alp 2500, cuya evolución sigue escribiéndose, comenzó el 24 de diciembre de 1999 con la entrada en funcionamiento del Telecabina Cadí-Moixeró, conocido en sus primeros años como Alp 2500. Este nombre no solo identificaba al remonte, sino que también se convirtió en la marca del forfait que simbolizaba la unión comercial entre las estaciones de La Molina y Masella. La nueva infraestructura estableció una conexión estratégica en el corazón de la Cerdanya, marcando un hito en el desarrollo de la oferta conjunta de ambas estaciones.
25 aniversario del telecabina
Con un recorrido de 2,8 kilómetros y un desnivel de 685 metros, el telecabina fue diseñado para ofrecer eficiencia y comodidad, con cabinas de ocho plazas y una capacidad de transporte de 1.500 personas por hora. En su lanzamiento, esta conexión consolidó al dominio como el más grande del Pirineo español, ofreciendo más de 100 kilómetros de pistas esquiables. Su inauguración oficial tuvo lugar el 30 de diciembre de 1999, en un acto presidido por Jordi Pujol, entonces presidente de la Generalitat, subrayando su relevancia como motor turístico de la zona.
Sin embargo, a pesar de su impacto inicial, el telecabina no alcanzaba la cima de la Tosa d’Alp, lo que durante años limitó su potencial. Mientras tanto, la conexión desde Masella sí llegó a la cima gracias al telesilla desembragable Jumbo Tosa, inaugurado un año antes, que ofrecía acceso directo al punto más alto, consolidándose como una alternativa estratégica.
Después de una década de expectativas, el 23 de noviembre de 2019, el telecabina finalmente alcanzó la cima de la Tosa d’Alp, a 2.537 metros de altitud, junto al emblemático refugio del Niu de l’Àliga, levantado por la familia Rigat, creadora de la estación SuperMolina. Este logro coronó un proyecto largamente esperado y puso nuevamente en valor una zona de esquí largamente anhelada por los esquiadores más veteranos.
Un desafío de identidad y futuro
A pesar de su éxito inicial, la marca Alp 2500 ha ido perdiendo protagonismo con el paso del tiempo, hasta quedar casi en desuso. Este 25º aniversario representa una oportunidad única para recuperar su lugar en el mercado del esquí, reforzando su identidad como símbolo de calidad y prestigio. A pleno rendimiento, el dominio ofrece 145 kilómetros esquiables, 131 pistas y 33 remontes, una propuesta difícil de igualar en los Pirineos.
Reposicionar la marca no solo permitiría destacar su relevancia histórica, sino también consolidar su atractivo para las nuevas generaciones de esquiadores y amantes de la montaña. La jornada del 30 de diciembre, cargada de actividades conmemorativas, es una ocasión perfecta para rendir homenaje al pasado, celebrar el presente y mirar con ambición hacia el futuro.