◄ Antonio de la Rosa se convierte en el primer navegante en cruzar el océano Pacifico en una embarcación SUP remo en 76 días.
Antonio de la Rosa puso fin a su exitosa travesía de cruzar el océano Pacifico en su embarcación preparada de Stand Up Paddle (SUP). El navegante y aventurero vallisoletano empleó 76 días, 5 horas y 22 minutos de navegación a remo de pie y en autosuficiencia entre San Francisco (Estados Unidos) y Waikiki (Hawai) de 4750 km.
La aventura comenzó el 9 de junio en Cavallo Point, Bahía de San Francisco y a lo largo de ella el navegante y aventurero vallisoletano las ha visto de todos los colores. Su facebook personal fue su cuaderno de bitácora y en el explicó detalladamente sus vicisitudes.
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El aventurero se convierte en el primer navegante que cruza el Pacífico remando en una embarcación de Paddle Surf
La embarcación prácticamente no le dio problemas y sólo debió adaptarse a su soledad, a les inclemencias meteorológicas, al estado de la mar y a su fuerza física para remar con la suficiente fuerza para no perder el rumbo que tenia que llevarlo de San Francisco a Hawai.
A su llegada a en Waikiki el navegante vallisoletano y embajador de embajador de Sea to Summit y Leatherman destacó que «las últimas 24 horas fueron de preocupación e incertidumbre. Un fuerte viento me sorprendió cruzando el canal de navegación entre Molokai y Oahu. El SUP se acercó peligrosamente durante la noche a la zona rocosa de Koko Head. Después la travesía entre Koko y Diamond fue muy rápida sobre el mejor horario establecido. Tuve que tirar el ancla de capa y esperar cuatro horas ya que había quedado allí con la gente de televisión para que me grabaran al amanecer».
Del último tramo de navegación señaló que «en la parte final me preocupó, de manera especial, remar desde Diamond hasta El Puerto de Waikiki con viento lateral y conseguir pisar tierra firme por mis propios medios. Esto me obligó a remar muy próximo a la costa. Alguna ola estuvo a punto de que me romperse encima mio, casi sin darme cuenta. Ahora sí, pisar tierra y recibir como bonita tradición unos lei en el cuello. Los bonitos collares de respeto y bienvenida de flores y semillas hawaianos.»
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