Sir Chris Bonington, una leyenda del alpinismo, acaba de celebrar su 90.º aniversario, marcando un hito en una vida dedicada a la montaña, la exploración y la aventura. Nacido el 6 de agosto de 1934 en Hampstead, Londres, Bonington ha sido testigo y protagonista de algunas de las más grandes gestas en la historia del montañismo. A lo largo de sus nueve décadas, no solo ha escalado las montañas más emblemáticas del planeta, sino que también ha dejado una huella indeleble en el mundo de la aventura, el liderazgo y la literatura.
La fascinación de Bonington por las montañas comenzó a una edad temprana. A los 16 años, en invierno de 1951, tuvo su primera experiencia intentando ascender a la cima del Snowdon, que con sus 1.085 metros, es la montaña más elevada de Gales e Inglaterra. No llegó a la cima, pero fue el comienzo de una vida consagrada a la montaña plena de retos y conquistas. Estudió en la University College School de Londres y en la Royal Military Academy de Sandhurst, donde en 1956 fue nombrado miembro del Royal Tank Regiment. Su primer destino fue el norte de Alemania donde comandó durante tres años (1956-1959) una tropa de tanques.
Las primeras conquistas Chris Bonington en los Alpes
Posteriormente y fue dos años instructor militar de alpinismo en la Army Outward Bound School. Fue en este período cuando comenzó a escalar en los Alpes, logrando en 1958 la primera ascensión británica del Pilar Suroeste de los Drus y en 1961 la primera del Pilar Central de Frêney en el Mont Blanc, considerada una de las más difíciles de la época. Estos logros, junto con la primera ascensión al Annapurna II (7.937 metros) en 1960 y al Nuptse en 1961, lo posicionó como uno de los escaladores más destacados de su generación.
En 1962, Bonington alcanzó otro hito con la primera ascensión británica a la pared norte del Eiger en compañía de su inseparable compañero Don Whillans (1933-1985). Tras dejar el ejército en 1961, entró a trabajar en la empresa Unilever, pero rápidamente se dio cuenta de que su pasión por el montañismo no podía coexistir con un trabajo y horario convencional, lo que lo llevó a dedicarse por completo a la montaña. A partir de ese momento, Bonington comenzó a ganarse la vida no solo como escalador, sino también como periodista, escritor y fotógrafo, cubriendo sus propias expediciones y compartiendo sus experiencias con el mundo. Su formación como militar, le proporcionó las herramientas necesarias para desarrollar una capacidad de liderazgo y sacrificio que más tarde definirían su carrera en el alpinismo.
La edad dorada del himalayismo británico
Durante las décadas de 1960 y 1970, Chris Bonington se consolidó como una figura central en el himalayismo. Su capacidad para organizar expediciones complejas, reunir fondos y liderar a algunos de los mejores alpinistas del mundo lo convirtió en un verdadero maestro del arte de la logística y el liderazgo en alta montaña.
Uno de sus mayores logros fue liderar la primera ascensión de la temida cara sur del Annapurna en 1970. Esta pared de 3.000 metros, llena de dificultades técnicas en roca, hielo y mixto, era uno de los retos más intimidantes del Himalaya. La expedición, que duró dos años en su preparación, culminó con el éxito de Dougal Haston (1940-1977) y Don Whillans en la cumbre, el 27 de mayo, aunque el equipo sufrió la trágica pérdida de Ian Clough (1937–1970) , que fue sepultado por un alud.
La Conquista del Everest y Otros Retos
El Everest también jugó un papel crucial en la carrera de Bonington. En 1975, lideró la expedición que logró la primera ascensión por la ruta de la cara suroeste del Everest, una de lo itinerarios más complejos de la montaña y hasta entonces inexplorada, tras el fracaso de cinco intentos anteriores. Liderados por Chris Bonington, que había aprendido de una tentativa fallida en 1972, el equipo se preparó meticulosamente durante tres años, reuniendo a dieciocho alpinistas de élite, entre ellos Doug Scott (1941-2020), Dougal Haston y Nick Estcourt (1942-1978).
El 24 de septiembre, Scott y Haston se convirtieron en los primeros británicos en alcanzar la cumbre del Everest por esta peligrosa ruta, sobreviviendo a una noche de vivac a 8.760 metros con temperaturas extremas, a -50º, y sin oxígeno. Dos días después, otros cuatro escaladores intentaron un segundo ascenso. Peter Boardman y Sirdar Pertemba Sherpa tuvieron éxito, pero el cámara de la BBC Mick Burke, que escalaba solo después de que Martin Boysen se retirara, no regresó de la cumbre. Bonington no alcanzó la cima en esa ocasión, pero su liderazgo fue clave para el éxito de la expedición. Él denominó esta ruta como la “Hard Way” (La Vía Dura).
Uno de los episodios más dramáticos de su vida ocurrió en 1977 durante la ascensión al Baintha Brakk, conocido como El Ogro, de 7.285m en el en el Karakórum. Reconocida como una de las montañas más desafiantes del planeta, The Ogre marcó un hito en la historia del alpinismo el 13 de julio de 1977. Ese día, Doug Scott y Chris Bonington se convirtieron en los primeros en conquistar su cumbre. Sin embargo, durante el descenso se ambos enfrentaron a una lucha desesperada por la supervivencia. Scott se fracturó los dos piernas en una caida y Bonington se rompió una costilla. En una odisea que duró seis dias, ambos lucharon contra la adversidad y el clima extremo, logrando regresar al campamento base, donde sus compañeros ya los habían dado por muertos. Este episodio se recuerda como uno de los más emblemáticos en la historia del alpinismo.
Finalmente, en 1985, a la edad de 50 años, Chris Bonington alcanzó la cima del Everest, cumpliendo uno de sus mayores sueños. En ese momento se convirtió en el alpinista de mayor edad en coronar el techo del mundo. Un anecdota en la fecunda vida del alpinista británico. Ese mismo año, el 30 de abril de 1985, el millonario tejano Richard ‘Dick’ Bass (1929-2015) de 55 años logró ascender a la cima del Everest guiado por el alpinista y cineasta David Breashears (1955). Dick Bass fue el primer montañero aficionado en alcanzar la cumbre del Everest. Su logro precedió por varios años a la proliferación de las expediciones comerciales guiadas por profesionales y sherpas que hoy acompañan a muchos aficionados al techo del mundo. El periodista y alpinista Jon Krakauer, en su libro Into Thin Air (1997), sostiene que el ascenso de Bass al Everest dio inicio a la «era posmoderna» de las expediciones comerciales guiadas, tal como las conocemos hoy en día. Bass fue el ideologo y primer montañero en culminar la lista de Las Siete Cumbres o Seven Summits, de ascender a las montañas más altas del mundo de cada continente
Vida más allá de las montañas
Además de sus logros en el alpinismo, Bonington ha tenido una destacada carrera como escritor, periodista, fotógrafo y conferenciante. Ha publicado más de 20 libros, muchos de los cuales se han convertido en best sellers. Su última obra, «Ascend», publicada en 2017 es una autobiografía que recoge sus vivencias personales y profesionales, ofreciendo una visión íntima de su vida y su carrera. A principio de los años ochenta, en España, la editorial Martínez Roca, ahora bajo el paraguas de Planeta, publicó en su colección de aventura varios libros de escritos por Chris Bonington dedicados a las grandes aventuras contemporaneas, tanto de la montaña, el mar o el aire. De lectura fácil a buen seguro que inspiraron muchas vocaciones aventureras.
A lo largo de su vida, Sir Chris Bonington ha recibido numerosos reconocimientos, incluyendo la Medalla de Oro de la Royal Geographical Society, y ha sido nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico y de la Real Orden Victoriana. Su legado perdura no solo en las cumbres que ha conquistado, sino también en las generaciones de alpinistas que ha inspirado. Hoy, a sus 90 años, Sir Chris Bonington sigue siendo un ejemplo de perseverancia, valentía y amor por la montaña.
