El K2, la segunda montaña más alta del mundo, ha sido escenario de un hito extraordinario en la historia del alpinismo y el vuelo en parapente. El 28 de julio de 2024, cuatro alpinistas franceses, Benjamin Védrines, Jean-Yves Fredriksen, Liv Sansoz y Zeb Roche, realizaron una proeza sin precedentes, después de ascender sin oxígeno suplementario. Los cuatro volaron desde la cima de 8.611 metros en parapente, escribiendo así una nueva página en la historia del montañismo. Los vuelos desde el K2 no se hicieron públicos hasta que los cuatro alpinistas abandonaron Paquistan por cuestiones de permisos.
Benjamin Védrines y Jean-Yves Fredriksen: primeros en volar desde el K2
El primero en completar este impresionante logro fue Benjamin Védrines, quien no solo ascendió desde el campo base hasta la cima en un tiempo récord de 11 horas, sino que también se convirtió en la primera persona en la historia en volar desde la cima del K2. Védrines partió desde la cima alrededor de las 11:45 a.m., aprovechando condiciones meteorológicas favorables para extender su parapente y realizar un vuelo de 30 minutos sobre el glaciar Baltoro y el peligroso serac del Bottleneck, una zona que había experimentado un incidente crítico el año anterior.
Poco después, Jean-Yves Fredriksen, conocido por su preferencia por rutas no convencionales y su habilidad para combinar el alpinismo con el parapente, también realizó un descenso histórico. Escaló en estilo alpino, sin oxígeno, combinando la ruta polaca, la travesía Messner y la ruta vasca. A lo largo de 32 horas, Fredriksen alcanzó la cima y regresó volando a su campamento en 6.600 metros. Este vuelo fue particularmente desafiante debido a la ausencia de viento, lo que le obligó a esperar 90 minutos en la cima antes de poder despegar. Voló desde la cima alrededor de las 13:30, completando un vuelo en solitario de 20 minutos que lo llevó de regreso a su campamento.
Liv Sansoz y Zeb Roche: vuelo en tándem desde la cumbre del K2
Horas después de las hazañas de Védrines y Fredriksen, Liv Sansoz y Zeb Roche alcanzaron la cima del K2. La pareja, con una amplia experiencia en el montañismo y el parapente, decidió realizar el descenso en un parapente biplaza o tándem, una modalidad en la que ambos volaron juntos bajo la misma vela. A las 5 p.m., Sansoz y Roche se lanzaron desde la cima, completando un vuelo que describieron como «mágico» y lleno de emociones. Liv Sansoz, en su juventud campeona del mundo en escalada deportiva, el año 2017 protagonizó el reto de ascender a las los 82 cuatromiles de los Alpes en poco más de un año para descender o bien esquiando, en parapente o a pie.
Una vez llegada a Francia, Liv Sansoz hizo público en sus redes sociales el vuelo desde la cumbre del K2. La deportista destaco que “fue un vuelo mágico, uno que no olvidaremos nunca. La altura y la belleza que experimentamos son indescriptibles. Incluso hoy en día, solo pensar en ello me da escalofríos. Estuvimos 30 minutos suspendidos en el aire, rodeados de gigantes. Solo cuando nos sentamos nos dimos cuenta de lo que habíamos logrado. Acabábamos de hacer el primer vuelo en biplaza desde la cima del K2 sin oxígeno. Es difícil explicar tantas emociones”.
Zeb Roche no es ajeno a los logros en parapente. En 7 de octubre de 1990, a la edad de 17 años, se convirtió en la persona más joven en alcanzar la cima del Everest y descender en parapente biplaza junto a su padre Noel. Su gran experiencia parapentista, combinada con su amplio historial en el alpinismo, incluida la ascensión y el descenso en parapente de las siete cumbres más altas del mundo, le permitió afrontar el desafío del K2 con confianza.
Logro ocultado por falta de permisos
Sin embargo, la realización de este logro estuvo acompañado de cierta opacidad por la falta de permiso oficial. A principios de julio, el alpinista brasileño Rodrigo Raineri falleció en un accidente de parapente en el glaciar Baltoro, lo que llevó a las autoriades pakistanís a dar un toque de atención a las agencias locales, que son las garantes de que se cumplan las obligaciones administrativas. No está prohibido volar en parapente en la zona del Baltoro, pero previamente hay que solicitar autorización y pagar la tasa correspondiente (proceso algo lento).
Todo parece indicar que los cuatro alpinistas franceses carecian de la consabida autorización. No deja de ser un mero trámite, pero hay que cumplirlo. Ante esta situación anómala, Védrines, Fredriksen, Sansoz y Roche decidieron mantener en secreto sus intenciones de volar desde la cima del K2 hasta haber abandonado Pakistán. Sólo después de salir del país, los cuatro alpinistas confirmaron la realización de sus vuelos, lo que podría generarles problemas legales en el futuro, incluyendo la posibilidad de ser vetados para regresar a Pakistán. A pesar de estos riesgos, los cuatro decidieron seguir adelante con sus planes, logrando así un hito histórico en el K2.