Luz-Saint-Sauveur: aguas termales y turismo activo para toda la familia
Luz-Saint-Sauveur, a 711 metros de altitud y con mil habitantes, supo preservar su patrimonio a lo largo de los siglos. Es la capital del denominado Pays Toy, que en gascón -dialecto del occitano- significa «pequeño». Antiguamente, ese apodo se usaba para designar a los habitantes de estos altos valles pirenaicos de Barèges, Gavarnie-Gèdre y el de Luz Saint-Sauver, que se extienden desde las gargantas de Pierrefitte hasta el puerto del Tourmalet y el circo de Gavarnie. Los lugareños todavía denominan Luz a su localidad, ya que no fue hasta 1962 que su topónimo oficial paso a llamarse oficialmente Luz-Saint-Saveur.
El pueblo está enclavado en el corazón de uno de los valles más bonitos de los Altos Pirineos y a tocar del Parque Nacional de los Pirineos. Cerca del Circo de Gavarnie y el Col du Tourmalet, Luz puede ser un punto de partida excelente para conocer las excelentes posibilidades de turismo cultural y activo. Se trata de un enclave de aguas termales con pedigrí y nos lo recuerdan diversas construcciones arquitectónicas con mucha historia entre sus piedras.
El cicloturismo y la bicicleta de montaña son protagonistas en Luz-Saint-Serveaur
Desde la época romana, sus aguas sulfuradas sódicas saliendo a de 32º C eran conocidas y frecuentadas. Hasta el año 1717 los habitantes del valle iban a bañarse a un modesto de establecimiento. No obstante, todo cambiará el año 1722, a raiz de la curación de una nefritis del abad de Besga (Bézégua) que sus propiedades tomaran notoriedad. Posteriormente la Academia de Medicina realizó un informe destacando el poder curativo de sus aguas y el año 1750, el rey de Francia, Luis XV (1710-1774), la incluyó en la relación oficial de estaciones termales francesas. Tal consideración suponia la asignación de un médico.
(Copyright/OT. Luz)
El paseo de Napoleón III, de unos 3 kilómetros, es perfecto para descubrir el patrimonio Luz-Saint-Sauveur. Se inicia a partir del ayuntamiento y va hasta el Puente Napoleón, pasando por la iglesia templaria de Saint-Andre, la capilla de Solferino y las termas, entre otros lugares El recorrido permite ver los lugares más emblemáticos y los alrededores de este pueblo y hacerse una idea de su rico patromonio. Durante el verano es posible visitar varios espacios representativos de la historia de esta localidad. El dedicado a Napoléon III y su esposa Eugenia de Montijo o el museo de la Iglesia de San Andrés, entre otros.
Desde Luz-Saint-Sauveur, tanto en invierno como en verano, se puede disfrutar de la naturaleza, la bicicleta de montaña, el senderismo, el esquí -Luz Ardiden y Gavarnie-Gèdre-, o las aguas termales. El ciclismo de carretera aquí tiene algunos puertos de montaña inolvidables del Tour de Francia. Este pueblo ha visto pasar el pelotón de la ronda ciclista francesa 63 veces y está situado al pie del Col du Tourmalet y es el punto de partida para subir el Aubisque, Soulor y Hautacam.
Los senderistas tienen infinidad de excursiones. Quizá la más conocida es la que va del pueblo de Gavernie a la cascada, con más de 400 m de caída vertical. El espectacular circo de Gavarnie, que forma parte del macizo de Monte Perdido y declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es uno de los sitios más visitados del Pirineo francés. La excursión sólo requiere estar en forma física aceptable, dura menos de 4 horas y permite disfrutar de este marco de alta montaña en todo su esplendor.
De Luz-Saint-Sauver al pueblo de Garvarnie se tardan 30 minutos y otros 15 si queremos llegar a la estación de esquí del mismo nombre. Otra opción de turismo cultural o religioso es acercarse al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, a unos 35 minutos en coche de Luz-Saint-Sauver. Es un complejo de edificios y lugares dedicados al culto de la Virgen María donde destaca la Gruta de las apariciones.
Qué visitar o ver en Luz-Saint-Sauveur
Eglise Saint André o Des Templiers
La construcción más antigua es la iglesia fortificada de Saint André y conocida como «la de los Templarios». La primitiva Iglesia se levantó a finales del siglo XI por la familia de Saint-André y no por los templarios. Está dedicado al apóstol de este nombre. En el siglo XIV, los descendientes de la familia Saint-André entregaron la Iglesia a los «Hospitalarios de San Juan de Jerusalén», que tenían dos hospicios, uno en Gavarnie y otro en Héas. Al parecer la fortificaron para defenderse de los ataques de los Miquelets, milicia de carácter voluntario y mercenario creado en 1640 durante la Guerra dels Segadors (1640 y 1652) en Catalunya. Sus componentes tenían fama de indisciplinados y alternaban acciones de guerra con el pillaje.
Château Sainte Marie
El castillo fue construido en el siglo X por orden del conde de Montblanc, señor de Bigorre, como defensa frente a las invasiones y el bandolerismo. Toma su nombre de una capilla llamada priorato de Sainte-Marie, ubicada debajo del castillo. En el siglo XIV fueron los Hospitalarios de San Juan y más tarde los caballeros de la Orden de Malta quienes lo ocuparon. Como tantos otros enclaves defensivos medievales fue abandonado cuando su defensa se hizo imposible mediante el uso de armas de fuego. El castillo cayó gradualmente en ruinas, aunque el año 1930 fue clasificado como Monumento Histórico francés. Solo quedan dos torres del castillo conectadas por una pared.
Chapelle Solférino
Debe su nombre a Carlos Luis Napoleón Bonaparte -Napoleón III- (1808-1873) y a su mujer Eugenia de Montijo (1826-1920). La aristócrata andaluza y emperatriz francesa, nacida en Granada, se desplazó en dos ocasiones a Luz St Sauveur (1859 y 1863) para “tomar las aguas”. Durante su primera estancia, que duró 23 días, descubrieron una colina con las ruinas de la antigua Ermita de Saint-Pierre. En este promontorio Napoleón III mando construir otra capilla a la que llamó «Solferino» en memoria de la victoria francesa y de las víctimas en la batalla de Solferino (1859) dirigida por el propio emperador.
Thermes de Saint-Sauveur (Lucéa)
Achille Fould (1800-1867), diputado de los Altos Pirineos y ministro de Napoleon III, fue el artífice que Napoleon III y Eugenia de Montijo viajaran en dos ocasiones a Luz-Saint-Sauveur. Las propiedades medicinales de las aguas termales -temperatura natural de 32º- eran explotadas desde el s. XVI. Antes de las primeras vacaciones de tan distinguida pareja, los baños termales de arquitectura neoclásica se acondicionarán bajo la dirección del ingeniero de minas François Guilloutet con materiales nobles, mármoles, vidrio y mosaicos. De aquella intervención se conserva parte del hall histórico y las columnas de la sala principal de las termas de Saint-Sauveur. Su primera visita se produjo del 19 de agosto al 11 setiembre de 1859.
Las termas de Saint-Sauveur son un espacio muy especial para la balneoterapia
En la segunda ocasión, en setiembre de 1863, la emperatriz Eugenia de Montijo estuvo acompañada de su madre, la condesa Montijo de Guzmán, ya que Napoleón III sólo permaneció unos días en el pueblo. La primera visita real dará gran publicidad a las Thermes de Saint-Sauveur y la convertirán en lugar de peregrinación de la alta sociedad y la aristocracia durante el siglo XIX. En la actualidad, el clasicismo de la balneoterapia convive con la modernidad de un spas y wellness en las Termas Lucéa
Puente de Napoleón
La estancia de Napoleón III no sólo atrajo visitantes con poder económico, sino que motivó mejoras en las comunicaciones de la región. Entre las obras más representativas está el puente de Napoleón situado a las afueras de Luz Saint-Sauveur que salva el cauce del río Gavarnie y comunica los dos lados del valle. Inaugurado en 1861, tiene un sólo arco de 47 metros de diámetro y 66 m. de altura. En verano se practica puénting y desde la orilla izquierda hay un pequeño camino para acceder a una vía ferrata a más de 80 m de altura y a un recorrido de 16 tirolinas de 40 a 260 metros de largo. En la entrada del puente hay una columna levantada con piedra de Lourdes y coronada con la figura de un águila que pone «A sus Majestades imperiales, Napoleón III y la Emperatriz Eugenia, los habitantes de Luz-Saint-Sauveur».
Deportes de aventura en el área de Luz-Saint- Sauveur
En la zona de influencia de Luz-Saint- Sauveur funcionan en tanto en los meses de verano como invierno varias empresas dedicadas al esquí de montaña, alpinismo invernal, la escalada en hielo y a los deportes de aventura en general. Ideal para familias activas con ganas de iniciarse en las vías ferrata, el barranquismo o descensos de cañón y la escalada.
El puénting es una de las actividades estrella para los que desean satisfacer emociones fuertes. La hallamos en el puente de Napoleón. Lanzarse desde casi 70 metros al vacío sobre el cauce del rio Gavernie no es una actividad apta para todos los públicos, pero es una experiencia increíble para los que están dispuestos a vivirla.
Más información en las webs de Luz Aventure y Canyon-Epic
A 100 metros del puente de Napoleón, en dirección a Gavarnie, hallamos el parque temático multiaventura -a partir de 4 años- llamado «En Chêne et Frêne». Tirolinas, 8 recorridos aéreos con diversa dificultad, juegos en altura en casi 2 km de recorridos entre árboles y otras actividades para toda la familia. Para los más osados destacar que funcionan dos 2 mega tirolinas de 340 m de longitud que cruzan el cauce torrencial del rio Gavarnie, a más de 50 metros de altura.
Más información en la web del parque acrobático «En Chêne et Frêne»
Dormir en una caravana zíngara en Luz-Saint-Sauveur
Entre los numerosos alojamientos que Luz-Saint-Sauveur ofrece a sus visitantes -hoteles, apartamentos y campings-, vamos a destacar uno por su singularidad.
¿Quieres dormir en una roulotte de estilo zíngaro? A 2 kilómetros de pueblo de Luz-Saint-Sauveur y a 920 metros de altura, hay asentadas dos caravanas como las que utilizaban los gitanos de la Europa oriental en sus desplazamientos de hace más de un siglo. Dos alojamientos muy especiales para viajeros con ganas de vivir la experiencia de dormir en un espacio y entorno especial. No están ubicadas en un camping y por tanto disfrutan de intimidad. Este peculiar campamento está formado por la roulotte Cléo y la Django, ambas de 15 m2., y permite a sus clientes disfrutar de las cálidas sensaciones de sus habitáculos pensadas para parejas con un hijo; cama doble -160×200- y otra para niño 60×150.
Los huéspedes cuentan con las comodidades básicas en el interior: Cocina equipada de vitrocerámica, mini nevera, microondas, wc y ducha. En el exterior hay terraza privada con muebles de jardín, tumbonas y barbacoa. Las dos caravanas de madera, hechas a mano en Rumania comparten una cabaña auxiliar que incluye lavadora, otra nevera y espacio de almacenaje. El tranquilo lugar sólo tiene un hándicap para los dueños de mascotas. No admite perros.
Más información en la web de Roulottes Montagne Pyrenees
TODA LA INFO: Oficina de Turismo de Luz-Ardiden T.: +33 (0)5 62 92 30 30
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