Hemos dejado pasar unos días para hablar tranquilamente del Congreso de la Federación Internacional de Esquí (FIS) que se celebró en Barcelona del 2 al 6 de junio. Lamentablemente el Congreso fue una oportunidad perdida para promocionar estos deportes, acercarlos al gran público y hablar de la candidatura de los Juegos Olímpicos de Barcelona Pirineus 2026. No dudamos que el trabajo congresual de la FIS -reuniones, elecciones de candidaturas y trabajos técnicos- se celebraron a satisfacción de organizadores y asistentes, pero la Federación Española de Deportes de Invierno, coorganizadora y anfitriona del evento junto a la FIS, y su homónima, la Federació Catalana d’Esports d’Hivern no supieron utilizar el congreso para “vender los deportes de invierno”.
El presidente de la Española, Eduardo Roldan, que es un hombre con mucha experiencia en el ámbito internacional, jugó la baza de la presencia del Rey Juan Carlos I en la apertura del Congreso para dar visibilidad al encuentro. Era una apuesta personal suya por los muchos años de relación con el monarca a través del esquí, pero incompresiblemente nadie de su entorno fue capaz de decirle que al margen de la presencia del Rey había que trabajar los aspectos de la praxis comunicativa del congreso para buscar impactos en beneficio del deporte blanco. Su abdicación el mismo día que debía estar en Barcelona para dar notoriedad al congreso de la FIS tiró por tierra toda la “campaña de comunicación” del Congreso. Y es que en los meses previos no se había trabajado en otra cosa. Qué lástima que no hayan sido capaces de motivar a los medios de comunicación habitualmente ajenos al deporte de la nieve para darle protagonismo por unos días.
Nada de nada, por no haber ni se realizó una rueda de prensa con los medios de comunicación locales para destacar la importancia del Congreso de la FIS. Tampoco se supo sacar partido de alguna de las figuras, como Alberto Tomba, Marc Girardelli o Maria José Rienda por citar algunos ejemplos, que pasaron algún día por el Hotel Rey Juan Carlos I, sede del Congreso. El resultado de todo esto es que se perdió una ocasión de oro para hablar de esquí, Juegos Olímpicos y otros muchos aspectos relacionados con los deportes de invierno ante los medios de comunicación. Ni una línea escrita -salvo la gacetilla del vocero de la Federación Española que algunas webs se limitaron a copiar y enganchar- ni una aparición en televisión. El silencio más absoluto para un congreso que desde la oficialidad se ha venido a llamar de “record”.
En fin, un desastre a nivel de “imagen positiva”. Habrá quien me diga que era para no tener que dar explicaciones del calamitoso estado del esquí español, pero tampoco porque lamentablemente la prensa del sector de la nieve está muy “acomodada” y no “critica” mucho no vaya a ser que… Y no todo es culpa de Eduardo Roldan, con el que mantuvimos una larga entrevista que en breve publicaremos.