El inesperado adiós de Blanca Fernández Ochoa

esquiadora madileña
Blanca Fernández Ochoa disfrutando del momento más feliz de su carrera deportiva en los Juegos Olímpicos de Albertville. Petra Kronberger, ganadora del oro olímpico en eslalon, aplaude a la esquiadora madrileña cuando se dirige al podio a recoger su medalla de bronce. (Copyright/Archivo Turiski)

◄ Blanca Fernández Ochoa (1963-2019) falleció en un accidente de montaña en una área próxima al pico de La Peñota, en la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama. 

La fatalidad quiso que Blanca Fernández Ochoa perdiera la vida en un accidente de senderismo. Tras cuatro días de angustiosa búsqueda en la zona de la sierra de Cercedilla, el cuerpo de la exesquiadora apareció en las inmediaciones del pico de La Peñota, en la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama. A pesar de las numerosas especulaciones, se confirmó lo que siempre barajó la familia, que hubiera sufrido un accidente en la montaña.

Con ella desaparece un trocito de la historia del esquí español. No es la pionera, tal honor corresponde a la catalana Conchita Puig, coetana de su hermano Paco, que en su época infantil ganó el Trofeo Topolino de 1967 -Campeonato del Mundo oficioso- y el año 1973 obtuvo el primer podio de una esquiadora española en la Copa del Mundo al finalizar tercera un eslalom en Schruns.

Blanca Fernández Ochoa
Blanca Fernández debutó en la Copa del Mundo el año 1981 con 18 años. (Copyright/Archivo Turiski)

La vida de Blanca no fue un camino de rosas. El deporte le dio todo, pero también le privó de vivir una infancia normal.  A los once años (1974) se incorporó en el programa de promesas que la Federación Española de Esquí puso en marcha en el colegio Juan March de Viella (Val d’Aran) en régimen de internado.

Tras la victoria de su hermano Paco Fernandez Ochoa en el eslalon de los Juegos Olímpicos de Saporo de 1972 la federación se lanzó a crear una “fábrica de campeones” cerca de la nieve. El programa duró bastantes años, pero de ese colegio sólo salieron muy buenos esquiadores. Blanca Fernández Ochoa fue la excepción. Tras ella la que más alto llegó fue Ainhoa Ibarra, que entro en el 1977 a punto de hacer nueve años y permaneció hasta los quince cuando el convenio de la Federación trasladó el programa a los Escolapios de Jaca.   

Blanca se convirtió en una gran especialista en disciplinas técnicas, pero a base de mucho esfuerzo y trabajo. La comparación con su hermano Paco, al que adoraba con pasión, pero con el que tuvo también algunos “choques”, fue una constante en su trayectoria. 

Blanca esquiadora madrieña
Blanca Fernández Ochoa obtuvo cuatro victorias en la Copa del Mundo de esquí alpino. (Copyright/Archivo Turiski)

A lo largo de su carrera deportiva siempre estuvo sometida a una gran presión por la obtención de resultados y por ser una Fernández Ochoa. De puertas a fuera parecía llevarlo bien, pero en su fuero interno no siempre supo gestionar bien ese desgaste. Quizá le faltó la fuerza mental, que requiere entrenamiento psicológico, para saber aislarse del entorno. Todavía habían de pasar algunos años para que los psicólogos deportivos fueran figuras indispensables en los equipos deportivos de élite.

Su primera victoria se consumó el año 1985 en la estación de esquí norteamericana de Vail, una de sus favoritas. Iba mejor en eslalon, pero a los 22 años sorprendió ganando, la que a la postre seria su única victoria en gigante dentro de la Copa del Mundo de esquí alpino. A su regreso a Cercedilla tuvimos la oportunidad de grabar un amplio reportaje para el programa “A Tot Esport” de Televisión de Catalunya. Su hermano Paco nos abrió su casa para poder entrevistarla. Le acompañaba Daniele Fioretto su entrenador y novio con el que acabaría casándose el año 1991. Sus otras tres victorias en la Copa del Mundo fueron en los eslalon de Sestriere (Italia) 1987, Morzine (Francia) 1990 y Lech (Austria) 1991.

Blanca Fernández Ochoa
El emotivo escrito que le dedicó Blanca a su hermano Paco con el dorsal de los Juegos Olimpicos de Calgary 1988.(Copyright/Archivo Turiski)

Como pasa con todos los deportes minoritarios su reconocimiento le vino de la mano de los Juegos Olímpicos. Blanca tomo parte en cuatro: JJ.00. Lake Placid 1980, JJ.00 Sarajevo 1984, JJ.OO. Calgary 1988 y JJ.00 Albertville 1992.

En Calgary en la prueba de gigante se quedó a un paso de la gloria olímpica. Marcó el mejor tiempo en la primera manga y en la segunda cuando también llevaba el mejor parcial se salió de la pista. La presión la desbordó emocionalmente y llegó a anunciar su retirada. Al final se hecho atrás, pero incluso el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (CIO), Juan Antonio Samaranch (1920-2010), intervino para que no abandonara el esquí de competición.

Lola y Blanca Fernández Ochoa
Blanca fue en dos ocasiones abanderada de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Invierno.
(Copyright/Archivo Turiski)

Cuatro años más tarde en los de Albertville obtuvo su preciada presea. La medalla de bronce a Blanca Fernández Ochoa le supo a la de oro. Nada más traspasar la línea de llegada se hizo un hartón de llorar. Había logrado su medalla olímpica a base de mucho esfuerzo, tesón y trabajo.

Tras Albertville, Blanca, con solo 28 años, decidió poner punto final a su carrera deportiva. Nos atrevemos a escribir, porque lo vivimos de cerca, que estaba “quemada”, lo que ahora se conoce como el Síndrome Burnout, por la presión y la responsabilidad. Hizo historia al convertirse en la primera mujer española, y hasta la fecha única, en colgarse una medalla olímpica en unos juegos de invierno. Por edad y por experiencia podría haber continuado hasta el nuevo ciclo olímpico de Lillehamer 1994, que  estaba sólo a dos años vista, pero no lo hizo. El CIO había decidido separar los juegos de invierno y de verano, para dar más proyección a los invernales.

Lola y Blanca Fernández Ochoa
Lola -izquierda-  junto a su hermana Blanca durante la Copa del Mundo de Soldeu (Andorra) del año 2012.
(Copyright/Archivo Turiski)

El 9 de abril de 1992 Blanca Fernández Ochoa disputo su última carrera oficial en Baqueira Beret con motivo del campeonato de España. Y lo hizo cediendo el título de eslalon a la esquiadora vasca Silvia del Rincón. Blanca había ganado con autoridad la primera manga. En la segunda cuando acariciaba su undécimo título de campeona de España decidió frenarse y sacarse un esquí a pocos metros de la línea de meta.

Tras su retirada el Consejo Superior de Deportes (CSD) le ofreció un puesto de trabajo, pero la exesquiadora duró muy pocos meses, ya que no estaba hecha para los despachos. Posteriormente se alejó del mundo del esquí de competición. En los últimos años su hermana Lola, con la que mantenía un gran parecido físico, fue su gran soporte moral. Blanca, que ya debe disfrutar de la compañía de su hermano Paco, permanecerá en la memoria de las gentes del esquí. Siempre estará con nosotros. 

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    Miquel Ribas

    Periodista y Editor de Turiski