El refugio de Góriz culmina su reforma para los montañeros en Ordesa y Monte Perdido

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Tras casi dos décadas

El refugio de Góriz mantiene su capacidad para 80 plazas, pero tras su renovación ha mejorado notablemente la comodidad y las instalaciones para los montañeros.

refugio de Góriz
El refugio de Góriz, ubicado a 2.200 metros en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, es un punto clave para montañeros que buscan ascender a cumbres como Monte Perdido. (Copyrigh/FAM)

El refugio de Góriz, abierto todo el año y emblemático punto de referencia para los montañeros en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, celebró la culminación de sus mejoras y obras que se eternizaron a lo largo de practicamente dos décadas de trabajos y una inversión final de más de 4 millones de euros.

El refugio de Góriz, ubicado a 2.200 metros de altitud en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, celebró una reinaguración histórica con el final de las obras de remodelación que han dotado al edificio de mejores condiciones para los montañeros y los propios trabajadores. Alrededor de 300 personas, entre autoridades, montañeros y miembros de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), se dieron cita para conmemorar este hito.

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Las nuevas instalaciones del refugio de Góriz mejoran significativamente los servicios y la comodidad para los montañeros. (Copyrigh/FAM)

El refugio original de Góriz fue construido en 1923 por la recién creada Federación Española de Alpinismo, actual FEDME, e impulsado por la iniciativa y dirección de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara. Este refugio formaba parte de un ambicioso plan para construir infraestructuras en las principales montañas españolas, respondiendo a la creciente demanda de la actividad montañera que comenzaba a popularizarse en esa época. El refugio no estaba guardado en sus primeros años, lo que suponía un reto adicional para los montañeros que lo visitaban.

En 1963, el refugio fue remodelado,  ampliado y con guarda asignado, adquiriendo el aspecto actual.  Según sus rectores, es el más visitado de la cordillera pirenaica, con más de 12.000 pernoctaciones anuales. Es el punto de partida para ascender a algunas de las cumbres más destacadas del parque, como el Monte Perdido o Cilindro de Marboré, lo que lo sitúa como una referencia ineludible para los amantes del montañismo.

Góriz es más que un refugio de montaña. Es un símbolo para los montañeros aragoneses y pirenaicos. El refugio no solo proporciona seguridad y servicios a los deportistas, sino que también es clave para la protección civil, la ganadería extensiva y la recopilación de datos nivometeorológicos, elementos esenciales para la gestión del entorno natural.

Proyecto con numerosas trabas

El acto de inauguración fue presentado por Modesto Pascau, histórico vocal de Sostenibilidad de la FAM, que entregó 50 reconocimientos a las personas e instituciones que hicieron posible la culminación de este largo proceso. En su discurso, Pascau destacó que «este ha sido un camino lleno de dificultades y trabas, pero hoy es un día de mucha alegría».

Las obras de Góriz, iniciadas en 2006, han sido complejas debido a las dificultades logísticas, presupostarias y a las limitaciones del trabajo en alta montaña. Como explicó Sergio Rivas, vocal de refugios de la FAM al señalar que «normalmente las obras en refugios son complicadas porque se trabaja poco tiempo al año, pero en este caso, se ha duplicado cualquier dificultad normal. Es como llegar al final de una larga ascensión.»

Mejora en las instalaciones del refugio de Goritz sin ampliar la capacidad

Aunque la capacidad del refugio sigue siendo de 80 plazas, las mejoras han sido sustanciales. Las renovaciones han incluido la construcción de un punto limpio, la ampliación del edificio, la renovación del sistema de depuración y la creación de aseos y duchas para mayor comodidad de los montañeros. Las reformas más recientes, realizadas este año, se centraron en el edificio original, con la sustitución completa del tejado y la remodelación de la primera planta, logrando una mejor distribución del espacio para visitantes y trabajadores.

Estas mejoras no solo aportan más confort a los montañeros, que antes debían usar baños exteriores, sino también a los trabajadores del refugio. Luis Muñoz, guarda del refugio desde 2006, reconoció el cambio positivo al señalar que «antes teníamos una habitación y un aseo, y en verano parte del equipo dormía en tiendas y pasaba frío. Ahora la calidad de vida ha mejorado muchísimo».

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Algunos de los homenajeados durante la reinauguración del refugio de Góriz, reconocidos por su contribución al largo proceso de renovación y preservación del emblemático espacio en Ordesa. (Copyrigh/FAM)

Reconocimiento a 50 figuras clave

La FAM aprovechó la ocasión para entregar 50 platos conmemorativos a las personas e instituciones que hicieron posible la culminación del proyecto. Entre los homenajeados estuvo el valenciano Toni Martí, el primer guarda del refugio de Góriz, que trabajó en el refugio desde su construcción en 1963 hasta 1990, junto a su esposa, Maruchi Cisneros, y su hija Isabel. Martí, a punto de cumplir 90 años,  habló con nostalgia sus primeros años en el refugio al recordar que «al principio sólo cabían 10 personas durmiendo sobre paja».  Su contribución fue fundamental en la historia de este refugio, que se ha mantenido como un referente para los montañeros durante más de seis décadas.

También se reconoció el trabajo de Modesto Pascau, que jugó un papel clave en la gestión de las obras, así como el apoyo de instituciones como la Diputación Provincial de Huesca (DPH) y el Gobierno de Aragón, que contribuyeron financieramente al proyecto, con una aportación conjunta de más de 2 millones de euros.

Javier Franco, presidente de la FAM, subrayó la importancia de este tipo de infraestructuras para el desarrollo deportivo, social y económico de la región. «Los refugios son fundamentales no solo para los montañeros, sino para el territorio en su conjunto. Góriz es un emblema y su renovación es un orgullo para todos nosotros». Con la remodelación de Góriz finalizada, la Federación Aragonesa de Montañismo ya mira hacia el futuro. El próximo gran proyecto será la reforma del refugio de Estós, el más antiguo de la red de refugios gestionados por la FAM, con más de 40 años de servicio sin remodelaciones importantes.

La acampada en el entorno del refugio de Góriz

Desde el 9 de febrero de 2022, es obligatorio reservar y pagar una tasa para acampar o vivaquear en el entorno del refugio de Góriz, con un límite de 50 personas por día. Esta medida tiene como objetivo preservar el delicado equilibrio natural de la zona y garantizar una estancia segura para los montañeros. Fuera de esta área, la acampada y el vivac están prohibidos en todo el sector de Ordesa. En los demás sectores del Parque Nacional, como Añisclo, Pineta y Escuaín, las normativas no han cambiado.

Si planeas acampar en el entorno del refugio de Góriz, deberás llevar tu propio material, como saco de dormir, esterilla y tienda. Si no tienes tienda, el refugio ofrece alquiler de tiendas de campaña, aunque sin incluir el montaje ni desmontaje, y estas se solicitan directamente en el refugio. No se alquilan sacos de dormir ni mantas.

Al llegar, todos los miembros de la reserva deberán identificarse con DNI o pasaporte para que se les asigne un punto de acampada y un identificador. Si has reservado cena en el refugio, también se te asignará un turno y mesa.

Además, tendrás acceso a los servicios del refugio, como bar, restaurante, información sobre rutas y alquiler de material. Recuerda que, debido a la altitud de 2.200 metros, las noches pueden ser muy frías, incluso en verano, por lo que es fundamental llevar un buen saco de dormir y consultar la previsión meteorológica antes de subir.

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