◄ Los cuerpos de Kristinn Runarsson y Thorsteinn Gudjonsson han aparecido en un glaciar del Pumori a 5.500 metros.
Los cuerpos de los alpinistas islandeses Kristinn Runarsson y Thorsteinn Gudjonsson han aparecido treinta años después de su desaparición cuando ascendían al Pumori de 7.161 metros. El Pumori, que en el dialecto tibetano de la zona, significa “La Hija Montaña”, es una de las montañas más bellas del Himalaya, pero al tener como vecinos el Everest y el Lhotse fue infravalorada por los grandes alpinistas. El Pumori fue coronado por primera vez el año 1962 por el alpinista Gerhard Lenser, miembro de una expedición suizo-alemana.
La noticia de hallazgo de los cuerpos congelados ha trascendido ahora, pero su localización se produjo hace un mes por parte de un montañero norteamericano del que no ha trascendido el nombre. Los cuerpos se descubrieron en un glaciar, a 5.500 metros, en la frontera entre Nepal y el Tíbet.
El escoces Steve Aisthorpe ,el tercer alpinista de la cordada, fue el último que vio con vida a los dos montañeros islandeses, el 18 de octubre de 1988. Aisthorpe renunció al ascenso del Pumori cuando estaba a 6.600 metros por problemas físicos, pero alentó a sus compañeros a seguir hacia la cima. Lamentablemente Kristinn Runarsson y Thorsteinn Gudjonsson, que en aquella época contaban 27 años, ya no regresaron al campo base.
La aparición de los dos infortunados alpinistas pone punto y final al recuerdo de sus familiares. Tras conocer la aparición de sus dos compañeros de expedición Steve Aisthorpe manifestó que «el descubrimiento de los restos de Thorsteinn y Kristinn después de tantos años ha traído inevitablemente muchas emociones a la superficie para todos los que conocimos y quisimos a estos muchachos maravillosos. Pero también ha unido a la gente y rezo para que también permita cerrar la herida a la familia y, con el tiempo, traiga paz».
El guía de montaña islandés, Leifur Örn Svavarsson, que acababa de llegar a Islandia de un trekking en el Himalaya, se ofreció para regresar, dado que no necesitaba aclimatación, y recuperar los cuerpos de sus dos compatriotas. Svavarsson en compañía de un grupo de escaladores locales accedió al lugar donde se hallaban sus restos para llevarlos a los pies del Pumori desde donde fueron trasladados en helicóptero a Katmandu para ser incinerados, el pasado 27 de noviembre. A pesar de que han pasado tres décadas se pudieron recuperar algunos enseres personales. Entre ellos hay un carrete de fotografías que ha sido enviado a un laboratorio especial para saber si se puede revelar y aportar algún dato. ¿Hicieron cumbre? ¿sufrieron el accidente cuando aún ascendían o en el descenso?.
La novia de Kristinn Runarsson estaba embarazada en el momento de su muerte, recordó su padre Runar Gudbjartsson, que estos días esta reviviendo la tragedia. Al periódico local Iceland Monitor destacó que «cinco meses después de que fuera declarado muerto, de algún modo lo teníamos de vuelta con su hijo que es la fiel imagen de su padre».
Gudbjartsson también recordó que antes de partir al Himalaya «tanto Kristinn como Thorsteinn habían hecho saber a sus allegados que si les pasaba alguna cosa, la montaña los cuidaría. Ellos no querían poner en peligro a nadie para salvarlos. La montaña se quedaría con lo que se fuera a quedar».
La montaña del Pumori los ha retenido 30 años, pero el deshielo de uno de sus glaciares, situados dentro de la meseta del Himalaya y del Tíbet, los ha liberado para cerrar el circulo a sus familiares.
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