La Asociación Española de Municipios de Montaña reconoce que “los pueblos de montaña de España están en la UCI y necesitan respiración asistida”.
La Asociación Española de Municipios de Montaña puso el grito en el cielo ante la situación de indignación y precariedad a la que se vieron abocadas amplias zonas de montaña por la pandemia de la covid-19. Numerosos pueblos y familias viven y dependen del turismo rural, los deportes de aventura y del esquí en invierno. En el documento enviado al Gobierno de España, la Asociación Española de Municipios de Montañas hace hincapié en que “la palabra que resume nuestra situación en estos momentos es pánico. No sabemos si podremos resistir más en esta situación. Los pueblos de montaña de España están en la UCI y necesitan respiración asistida”. En concreto, el escrito se envió al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y al Ministerior de Trabajo y Economía Social.
Los municipios de montaña solicitan al Gobierno de España un plan urgente de rescate:
– Ayudas directas y a fondo perdido de en torno al 70% de la facturación del invierno anterior (a pesar de que éste perdió la mitad de la temporada con el confinamiento del 12 de marzo).
– Planes de empleo y formación para las personas que han perdido su única fuente de ingresos.
– Ampliación del ERTE para todas las personas afectadas al menos hasta que se recupere la movilidad entre Comunidades Autónomas.
– Adaptación de las medidas de restricción de movilidad y horarios de aperturas de comercios a los pequeños municipios.
– Plan de inversiones en competitividad y sostenibilidad del turismo de montaña, incluyendo una mejora urgente de las telecomunicaciones y digitalización de las zonas de montaña.
En el comunicado enviado por EsMontañas a los medios de comunicación, que por su interés reproducimos, se hace hincapié en que la situación sanitaria que estamos viviendo no permite que la temporada turística de invierno en las montañas españolas se desarrolle con normalidad. El turismo, y en especial la nieve, suponen la fuente de sustento para muchas familias en nuestro país. Pero más allá de los centros invernales, todo el sector de la montaña, valles, pueblos y rincones de ensueño están sufriendo de una forma sin igual los efectos de esta crisis.
En una sociedad urbanizada y con fuertes desequilibrios sociales, sanitarios y medioambientales, las montañas son para la mayoría de nuestros ciudadanos el territorio donde escapar, donde huir, y donde encontrarse a sí mismos. Sin embargo, esa huida está coartada por las restricciones de movilidad, haciendo que las personas que viven del turismo en estos territorios estén atravesando por una situación dramática, con tasas insoportables de desempleo y muchas pequeñas empresas y autónomos al límite de la supervivencia.
Por ello, desde la Asociación española de Municipios de Montaña solicitamos una respuesta inmediata y contundente. Para apoyar a la montaña, a nuestros valles y a quienes vivimos aquí.
Las personas que viven del turismo en estos territorios estàn atravesando por una situación dramática, con tasas insoportables de desempleo y muchas pequeñas empresas y autónomos al límite de la supervivencia
Esta semana se ha dado a conocer el #PlanMontaña del Gobierno francés, un programa en el que Francia va a invertir en la restructuración y desarrollo económico de sus territorios de montaña, además de conseguir con ello la preservación de su patrimonio natural y la adaptación al cambio climático. Para sus empresas situadas en estas localidades, van a aplicar un fondo solidario no sólo para las pequeñas empresas de hostelería o turismo que se están viendo afectados directamente, sino también para otros servicios como por ejemplo el carnicero o el electricista que también están recibiendo un fuerte impacto económico debido a la ausencia de “vida” en estos pueblos.
Volviendo a nuestro país, las imágenes de las pasadas semanas de los centros comerciales abarrotados de gente o conciertos multitudinarios en las grandes ciudades nos producen una sensación de enfado. No parece lógico que en unos lugares los establecimientos comerciales puedan tener una gran actividad, y en las montañas tengan que estar cerrados, o abiertos con pérdidas, por falta de clientes. Tampoco es comprensible que las medidas restrictivas de cierre de comercios tengan las mismas franjas horarias en una ciudad de millones de habitantes que en un pueblo de 200 habitantes, donde no hay aglomeración posible en los comercios.
Es evidente que la salud es lo primero, sin salud no habrá remontada de la economía. Pero las medidas sanitarias deben servir para contener la pandemia, deben ser coherentes con las diferentes realidades de nuestro territorio y adaptarse a las circunstancias para ser proporcionadas a la vez que eficaces en cada lugar. Por esto nuestro sector turístico necesita ayuda.
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