Ferran Latorre ha coronado el Makalu (8.463m) su duodécimo ocho mil sin oxígeno artificial. Tras cuatro días trepidantes y alguna indecisión debido a la meteorología el alpinista ha conseguido hollar la cumbre después aproximadamente dieciséis horas de ascenso y un desnivel de prácticamente 1.000 metros. Latorre salió del campo base lo el pasado viernes hacia el campo 1 con la intención de atacar la cumbre en el momento propicio. El domingo 22 de mayo desde el campo 2 a 7.400 metros tomaba la decisión de iniciar el ataque a la cumbre del Makalu que ha logrado esta mañana de lunes 23 mayo a las 12:20 (hora local).
Ferran Latorre hizo cumbre acompañado por el austríaco Hans Wenzl, el indio Arjun Vajpai y el búlgaro Boyan Petrov sus compañeros de cordada. Ahora sólo le queda hacer cima en dos de las catorce montañas más altas del planeta: Everest y Nanga Parbat. El montañero quiere ser el primer catalán en alcanzar los 14 picos más altos del planeta sin oxígeno. De momento tal mayúsculo objetivo, coronado por primera vez por Reinhold Messner en 1986, sólo lo han conseguido 34 alpinistas de los cuales nada más 15 lo han hecho sin utilizar oxígeno en ninguna de sus ascensiones. A nivel español, el primero fue Juanito Oiarzabal, en 1999. Le siguieron Alberto Iñurrategi (2002), Edurne Pasabán (2010), si bien utilizó oxígeno en dos de los 14, y el último ha sido Carlos Pauner (2013).
Una cima especial
Ferran Latorre ha relatado su experiencia, una vez llegado al campo base, destacando que “la parte final del Makalu es más compleja de lo que pensaba. Se trata de un terreno mixto de dificultad básica pero nada evidente. Quiero decir con esto que el famoso corredor francés no tiene nada de corredor y se trata de ir subiendo por donde se intuye el mejor paso entre las rocas y la nieve. En este tramo, la ascensión se ralentizó radicalmente. Las horas fueron pasando sin darnos cuenta de ello, con esperas largas pero más bien intemporales, y todos nos conformamos a la lentitud, a cambio de más seguridad. Por fin llegamos a la arista de la cima. Espectacular, preciosa, altiva y digna de una gran montaña como el Makalu y siempre secundada al fondo por la presencia del Everest y el Lhotse. No se puede pedir más. Al final de la arista intuía lo que tantas veces había visto en fotografías: el pre-cumbre o falsa cima como le dicen algunos. En ese punto el grupo se plantó como haciendo una pausa disimulada, o como esperando que alguien cogiera la iniciativa. Con Hans y Arjuna no teníamos ninguna duda: había que ir hasta la cima, que quedaba aún más allá de la falsa cumbre. Cogí la iniciativa, y la verdad es que la escalada de la primera cumbre es muy impresionante, y ciertamente agotadora, porque además me hundía mucho en la nieve profunda. Y llegados al falsa cumbre es cuando llega la sorpresa. La arista continúa aún más allá, por un hilo precioso que culmina con una de las imágenes más icónicas de la historia del alpinismo: la cima puntiaguda y con el justo espacio para una persona, preciosa pirámide en miniatura para culminar el ochomil más espectacular del planeta. No me extraña que mucha gente se dé la vuelta y no se aventure hasta la verdadera cumbre. Sin ser difícil, la arista es muy aérea y es un poco delicada. Cualquier error es el último, y teniendo en cuenta que todo el mundo llega muy tocado físicamente, cualquier pequeña dificultad añadida puede ser la claudicación final. Incluso a escasos veinte o treinta metros, como es el caso.”
El proximo objetivo alpinístico de Ferran Latorre es la cima del Nanga Parbat, que intentará coronar durante esta temporada de verano en el Pakistan. Se ha reservado el Everest para cerrar el ciclo de los 14 ocho mil de la tierra, que atacará en la primavera de 2017.
La crónica completa de Ferran Latorre de la experiencia del Makalu en su Bitácora de viaje
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©Turiski, 2016
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