◄ La región de esquí de Innsbruck está formada por trece estaciones de esquí: Nordkettenbahnen-Seegrube, Patscherkofel, Axamer Lizum, Muttereralmpark, Kühtai, Rangger Köpfl, Glungezer, Schlick 2000 y el glaciar de Stubai.
(Actualizado octubre 2020)
Innsbruck es una ciudad del oeste de Austria, capital del estado del Tirol, y famosa internacionalmente por la belleza arquitectónica de algunos edificios de su casco viejo, entre los que destacan el Tejadillo Dorado, la Iglesia de la Corte o la Hofkirche, el Palacio Imperial Hofburgly y la Catedral de St. Jakob, y por la majestuosidad de las montañas que la rodean. La ciudad, que tiene el privilegio de haber organizado dos juegos olímpicos de invierno, en 1964 y 1976, tiene ciento veinticinco mil habitantes y se ubica en el valle del río Inn. Considerada por muchos como la capital de Los Alpes, es el lugar ideal para aquellos esquiadores que buscan un plus, en este caso cultural, en su viaje a un destino de nieve internacional.
A tiro de la capital del Tirol hay más de 308 kilómetros de pistas, 113 remontes mecánicos y trece estaciones de esquí –Nordkette-Seegrube, Patscherkofel, Axamer Lizum, Muttereralm, Kühtai, Rangger Köpfl, Glungezer, Schlick 2000, Hochoetz, Bergeralm Serlesbahn y el Glaciar de Stubai- con un solo forfait bajo el nombre de SKI plus CITY Stubai – Innsbruck o Tiroler Skipass, que es mucho más que un simple abono. Incluye también entrada libre a 22 ofertas de ocio de la gran área de Innsbruck y la utilización de algunas de las líneas de transporte público. Es una opción muy interesante para los que desean pasar una vacaciones invernales en la capital de los Alpes.
El forfait SKI plus City Stubai – Innsbruck o Tiroler Skipass da acceso a 13 estaciones de esquí del area de infleuncia de Innsbruck, a trnasporte público y a 22 ofertas de ocio
La estación alpina más próxima está a tan solo 20 minutos del centro gracias al espectacular diseñado por la afamada arquitecta iraquí Zaha Hadid (1950-2016), una enamorada de Innsbruck. Ella fue la encargada de construir este remonte y su edificio de salida en medio de la ciudad. La edificación no tiene nada que ver con los habituales edificios de este tipo de transporte y se ha convertido por méritos propios en punto de peregrinación turística. El funicular parece flotar y permite acceder en 10 minutos al monte Hungerburg del que parten los teleféricos a las cumbres.
En invierno, en la capital de los Alpes, se mezclan esquiadores y turistas en este privilegiado mirador que ofrece unas espléndidas vistas de la ciudad. No es la única construcción que firma la creativa Zaha Hadid, ya que a ella se debe el actual trampolin de saltos de Bergisel. Tras el funicular se accede a un teleférico que nos transporta a la estación de Seegrube, a casi dos mil metros de altitud. Es la zona de esquí más cercana a Innsbruck. De hecho, las pistas están encima mismo de la ciudad. Hay dos teleféricos y dos sillas. En esta zona existe el conocido y peligroso fuera pista Karrinne, con una una pendiente del 70%, sólo apta para los muy experimentados y que transcurre desde Hafelekar (2.256 m) a Seegrube (1.905 m).
En Innsbruck, el esqui de fondo también existe
Las zonas de esquí de fondo en los altiplanos situados en los alrededores de la ciudad -Rinn, Mutters/Natters y Axams/Birgitz- ofrecen un total de 40 km de pistas preparadas, algunas con sistemas de nieve artificial que garantizan el estado óptimo de la nieve y perfectas condiciones para la práctica de este deporte. Si buscamos más altura y un entorno paisajístico de una gran belleza natural lo mejor es acercarse a Lüsens, en el valle Sellrain, situado a 1.700 m de altitud. Son 15 km de pistas a través de un paisaje alpino espectacular.
La capital del Tirol para los amantes del esquí es esto y mucho más. Difícilmente un destino de nieve combina tan equilibradamente los contrastes que transpira Innsbruck donde pasado y futuro conviven armoniosamente sin darse bofetadas arquitectónicas.
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