Irati, en Navarra, y Val d’Aran, en Catalunya, fueron reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como nuevas reservas de la biosfera. Este reconocimiento internacional destaca la importancia de estas áreas no solo por su biodiversidad única, sino también por sus esfuerzos en promover un desarrollo sostenible y la conservación de sus recursos naturales y culturales.
Las reservas de biosfera son áreas reconocidas por la UNESCO donde se busca equilibrar la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales con el desarrollo económico y social sostenible. Estas zonas sirven como laboratorios para la implementación de prácticas innovadoras de desarrollo sostenible, protección de la biodiversidad y adaptación al cambio climático, beneficiando a las comunidades locales e indígenas a través de iniciativas como la agroecología y la gestión sostenible del agua.
Val d’Aran: Un enclave cultural y natural único
Ubicada en el extremo occidental de los Pirineos catalanes, la Val d’Aran abarca 632 km² y es el único valle de Catalunya orientado al norte, lo que le otorga una gran diversidad climática y biológica. Este valle es también un bastión del patrimonio cultural y lingüístico occitano, con una población de 9.983 habitantes que tradicionalmente se ha dedicado a la agricultura, el comercio y a partir de mediados de los años sesenta al turismo, con la apertura de la estación de esquí de Baqueira Beret. El reconocimiento como reserva de la biosfera busca mejorar la protección de su biodiversidad y revitalizar prácticas tradicionales para frenar la despoblación y promover un desarrollo rural más resiliente. El plan de gestión, desarrollado con la participación de representantes locales y asociaciones, está diseñado para equilibrar la conservación ambiental con el desarrollo socioeconómico sostenible.
Irati: Un paraíso de biodiversidad en Navarra
La reserva de biosfera de Irati se encuentra en una zona de media montaña de los Pirineos occidentales y es conocida por sus extensos bosques de hayas y abetos, el segundo hayedo más grande de Europa. La región, que incluye los valles de Salazar y Aezkoa, cubre una superficie de 537 km² y alberga a 2.435 habitantes.
Desde 2015, la comunidad local ha participado activamente en el proceso de candidatura y en la definición de la estructura de gestión de la reserva, que incluye un consejo ejecutivo y un consejo asesor representando diversas partes interesadas, incluyendo asociaciones culturales y de conservación y grupos de mujeres. Este esfuerzo comunitario ha sido crucial para desarrollar un plan de gestión que promueva la conservación y el desarrollo sostenible.
Reconocimiento de la UNESCO
La UNESCO aprobó la designación de once nuevas reservas de biosfera a nivel mundial, entre las que se encuentran, además de Val d’Aran e Irati, regiones en Colombia, Eslovenia, Filipinas, Italia, Mongolia, Países Bajos, Corea del Sur y República Dominicana. Estas designaciones, decididas durante la 36ª reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) en Agadir, Marruecos, amplían la Red Mundial de Reservas de Biosfera a 759 reservas en 136 países, abarcando una superficie total de 37.400 km².
Este reconocimiento por parte de la UNESCO no solo resalta la importancia ecológica de Irati y Val d’Aran, sino también su potencial como modelos de desarrollo sostenible que podrían inspirar a otras regiones del mundo. Además de la Val d’Aran, en Catalunya tambien recibieron está distinción el macizo del Monsteny, el año 1978, y Terres de l’Ebre, el año 2013. España cuenta ahora con 55 reservas de biosfera, consolidando su compromiso con la conservación y el desarrollo sostenible.