Jordi Pons (Barcelona, 1933) ha vivido donde el aire es más puro y la tierra se pierde entre las nubes. Ha desafiado el frío, la altura y el tiempo, dejando su huella en las montañas más imponentes del planeta. Ahora, su historia cobra vida en la gran pantalla. El próximo 10 de abril de 2025 a las 19.00h, el cine Phenomena de Barcelona -calle Sant Antoni Maria Claret, 168- ,acogerá la proyección de «Jordi Pons, quan els records pesen més que les esperances».
El documental dirigido por Jaume Altadill y de sesenta minutos rinde homenaje a uno de los grandes referentes del alpinismo catalán y mundial. Una oportunidad única para adentrarse en la trayectoria de un pionero de la escalada en los picos más icónicos del planeta. A sus de 92 años, su mirada sigue reflejando la pasión y el respeto por las cumbres que lo vieron desafiar los límites de la resistencia humana.
Proyección con causa solidaria
La entrada a la proyección es gratuita, pero contará con una taquilla inversa a beneficio de Education Development Foundation Nepal (EDFON), una ONG que trabaja desde 2014 para garantizar el acceso a la educación de niños en exclusión social en el barrio de Jarankhu, en las afueras de Katmandú.
Jordi Pons lo tiene claro: “Nepal es algo más que sus montañas. Quienes hemos ido sabemos que es un país que nos roba el corazón. No hay nadie que vuelva sin pensar que Nepal es un gran país. Pobre, sí, pero grande. Y esa grandeza reside en su gente, en la sonrisa de sus habitantes, en la mirada curiosa de los niños que esperan con las manos abiertas un caramelo, un lápiz… o simplemente una oportunidad».
Jordi Pons: «la grandeza de Nepal reside en su gente»
En Nepal, la educación no es gratuita, lo que deja a muchos niños de castas bajas y diferentes etnias sin acceso a un futuro mejor. Para cambiar esta realidad, EDFON construyó la escuela Nepal Ratna, donde ofrece enseñanza gratuita y de calidad, asegurando que sus alumnos puedan integrarse en la sociedad con las mejores oportunidades.
Pons está convencido de que Nepal no solo es un destino de montaña, sino un compromiso. «Tenemos una obligación con las generaciones más pequeñas de Nepal, con esos niños y niñas que muchas veces dependen de las ONGs para tener un futuro. Nos han dado tanto, que lo mínimo que podemos hacer es devolverles una parte de lo que ellos nos han regalado».
Por eso, no es solo una proyección: es una oportunidad para recordar que Nepal es mucho más que sus montañas. Es su gente. Y ayudarles está en nuestras manos.
