◄ Júlia Bargalló, que estudia cuarto de medicina, decidirá las próximas semanas si se «busca la vida» para que la RFEDI pueda repescarla en diciembre o se despide del sueño de llegar a la Copa del Mundo de esquí alpino.
Júlia Bargalló (1995), actual campeona de España de gigante y supergigante, ha sido la gran damnificada, tras conocerse la composición de los equipos RFEDI para la temporada 2018-2019. Su baja ha causado sorpresa, pero el equipo técnico de la Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) no la ha incluido por no alcanzar los requisitos deportivos impuestos durante la pasada temporada. Su no inclusión es un duro golpe para esta esquiadora, ya que seguir en la élite del esquí al margen de las estructuras de la federación es dificilísimo.
Su hasta ahora compañera de equipo, Nuria Pau, pasó por un proceso igual la pasada temporada, pero con la diferencia que tenía un sueño que la motivava: los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018. Pau saco dinero de las piedras y tiro de contactos para poder hacer una pretemporada por libre en el hemisferio sur. Lo hizo, consiguió resultados en las carreras sudamericanas y la RFEDI la repescó en diciembre, aunque no pudo ir a los juegos por no superar el corte RFEDI. Júlia Bargalló está en la misma situación, pero con la diferencia que no es temporada olímpica.
¿Qué hará? De momento, es una incógnita que debe despejar la propia deportista en las próximas semanas, ya que desconoce que le exige deportivamente la RFEDI para poder ser repescada en diciembre. Turiski ha hablado con Júlia Bargalló para conocer de primera mano sus sensaciones. La esquiadora con la franqueza que le caracteriza ha sido muy clara y directa.
“Sé que no confiaban en mi pero la verdad es que si esperaba poder estar en el equipo para recuperar buenas sensaciones”
¿Sorprendida por tu exclusión del equipo RFEDI?
-No mucho. Se que no confiaban en mí, pero la verdad es que si esperaba poder estar en el equipo para recuperar buenas sensaciones. No todas las temporadas son buenas, sino preguntar a Rafa Nadal, todos decían que estaba acabado y hoy es el mejor jugador del mundo. No estoy triste, sólo decepcionada. Ojalá hubieran venido algún día a vernos entrenar, ojalá supieran como es el circuito de Copa de Europa, ojalá hubieran estado en nuestra situación. Quiero añadir que no cambiara nada de lo que he hecho. El esquí es un deporte increíble. Ser deportista de élite te hace ser mejor persona y estar mejor preparado para afrontar la vida.
La temporada pasada fue muy extraña para ti. Mucho esfuerzo personal, con cambios de equipo y al final sin Juegos Olímpicos. ¿Cómo resumirías la campaña 2017-2018?
-Ha sido una temporada muy dura. Empecé la pretemporada con el equipo italiano de Copa de Europa, fue increíble compartir un verano con un grupo tan fuerte. Tiraban de mí y yo tiraba de ellas, estuve entrenando a un nivel realmente alto. Mis entrenadores eran italianos, conmigo estaba German, mi skiman. El problema llegó en noviembre. No podía seguir todo el circuito de Copa de Europa porque tenía que hacer carreras FIS para mejorar mi ranking mundial y poder participar en los juegos olímpicos. Estaba sólo a 8 plazas de estar dentro de los criterios.
“Prácticamente toda la temporada estuve sin entrenador y con mi skiman. Él ha hecho todo por mí, pero sin técnico me costaba evolucionar y trabajar mis puntos débiles”
A principios de temporada ya no tenía entrenador y lamentablemente estuve toda la temporada sola con mi skiman. Él ha hecho todo por mí, pero sin entrenador, un pilar principal en la carrera de un deportista era muy difícil, me costaba evolucionar y trabajar mis puntos débiles. En enero la federación nos hizo un “ultimatum” y si en dos semanas no conseguíamos buenos resultados no podríamos seguir en el equipo.
¿Excesiva presión?
-No pude seguir el circuito de Copa de Europa porque no paraban de pedir resultados en poco tiempo. Todos los objetivos que teníamos, empezar a participar en la Copa del Mundo, tener programa hasta abril… en enero ya no quedaba ninguno. En enero perdí la ilusión, sentí que no tenía los medios suficientes para alcanzar mis sueños, para llegar donde quería y creía que podía llegar. Sentí que no querían apostar mí, por todo el trabajo que estábamos haciendo. Y allí me dio un bajón y no supe salir de allí. Soy muy autocrítica y siempre me digo que lo podría haber hecho mejor. Seguramente sí, siempre se puede, pero os prometo que intentaba dar mi máximo cada día.
“Quería ser una Rienda, una Carolina Ruiz, pero para eso necesitaba una estructura fuerte, una confianza indestructible y un programa sólido”
No competir en los Juegos Olímpicos de PyeongChang fue otro “palo”.
-No poder participar en los Juegos Olímpicos me dolió. No solo porque rechazaron la plaza femenina. Era una recompensa por todo lo que he trabajado y no solo por mí, también por el futuro, por las nuevas promesas, ¿cómo ven ellas que no haya representación femenina en un mundial absoluto, en un mundial junior y en unos juegos olímpicos?
Da la sensación de que esta desencantada…
-No han confiado en mí. Siempre han dicho que seguía estudiando y apostaba por la medicina -cuarto curso en el Campus de Bellvitge de la Universidad de Barcelona- igual que por el esquí. Si seguí apostando por la medicina fue porque nunca sentí que iban a hacer nada por mí. No he tenido un programa sólido. Y suerte que no abandoné.
“El esquí es un deporte increíble. Ser deportista de élite te hace ser mejor persona y estar mejor preparado para afrontar la vida”
Y sin dejar de hablar y a renglón seguido nos recordó a sus referentes deportivos.
-Quería ser una Rienda, una Carolina Ruiz, pero para eso necesitaba una estructura fuerte, una confianza indestructible y un programa sólido. Esquiar, estar entre las diez mejores del mundo era mi sueño pero tengo otros.
Una vez excluida es muy difícil volver a reintegrarse en el equipo de élite de la RFEDI. ¿Cómo encaras tu futuro deportivo?
-La verdad es que todavía no he pensado mucho en eso. Todo es muy reciente. Tengo que valorar lo que me hace más feliz. Si quiero seguir necesito un buen programa.
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