◄ La campaña de limpieza del Everest es una propuesta de la Asociación de Montañismo de Nepal para dar trabajo al colectivo de sherpas que vive de las expediciones y del turismo de trekking.
La pandemia de coronavirus puso contra las cuerdas a los operadores turísticos del Nepal. La cancelación de las expediciones de alpinismo de primavera y la prohibición de entrada de turistas de trekking a la cordillera del Himalaya supone un duro golpe para la modesta economía de Nepal. El país depende en gran medida de las actividades que genera la montaña y de los permisos de escalada. Nada más en autorizaciones de expediciones el año pasado el gobierno nepalí recaudó 4 millones de dólares. La falta de expediciones y de turistas dejó en el paro a cientos de nepalís -guías, alpinistas sherpas, porteadores y personal del campamento base- que viven del sector de servicios que se genera alrededor del Himalaya. El turismo, uno de los principales contribuyentes del producto interior bruto (PIB). Según los últimos datos difundidos por el Organización Mundial del Turismo (OMT-UNWTO), en 2018 Nepal recibió 1,17 millones de turistas que dejaron 630 millones en ingresos.
Según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo de 2018, Nepal recibió 1,17 millones de turistas que dejaron 630 millones en ingresos.
Ante la grave situación, la Asociación de Montañismo de Nepal -Nepal Mountaineering Association- (NMA) solicitó al gobierno del país a aprovechar esta oportunidad para limpiar el Everest. El presidente de la NMA, Santa Bir Lama, declaró la agencia de noticias Xinhua que durante este período de tiempo «se puede usar para limpiar la montaña y recoger la basura abandonada. La crisis puede convertirse en una oportunidad».
Según Lama, esta campaña de limpieza no solo ayudará a eliminar los cadáveres y otros desechos sólidos del Everest, sino que también crearía trabajo durante la crisis. Santa Bir Lama destacó que «los sherpas dependen de la temporada de primavera para generar ingresos. Dado que permanecen inactivos en sus hogares sin ningún ingreso, la campaña de limpieza les proporcionaría un medio para ganarse la vida».
El alpinista local Kami Rita Sherpa, con 24 ascensos al Everest, cree que la campaña de limpieza daría un mensaje positivo a los conservacionistas del medio ambiente.
La ausencia de expediciones y alpinistas parece el momento perfecto para limpiar de desperdicios la montaña e incluso recuperar algunos de los cadáveres semienterrados en la «zona de la muerte», a partir de los 8.000 metros. Lama destacó que además que era el momento dar un mensaje a todo el mundo de que el Himalaya queda libre de basura. En el Everest hay una ingente cantidad de desperdicios: botellas de oxígeno, carpas rotas, cuerdas, escaleras, botellas y artículos de plástico.
En 2019, al menos 10,000 kg de basura y cuatro cadáveres fueron retirados de la montaña por una campaña promovida por el Gobierno de Nepal, entre abril y mayo.
El alpinista local Kami Rita Sherpa, con 24 ascensos al Everest, cree que la campaña de limpieza daría un mensaje positivo a los conservacionistas del medio ambiente y de fraternidad al montañismo en todo el mundo. «Estoy listo para participar en la campaña de limpieza o incluso liderarla si el gobierno está de acuerdo. Es nuestra montaña y limpiarla es nuestra responsabilidad».
Kami Rita Sherpa reconoció que el área debajo del campamento IV (7.906 m) está más limpia debido a la campaña del año pasado, pero todavía hay una gran cantidad de basura por encima y en lo campamentos inferiores.
Meera Acharya, directora del Departamento de Turismo del Nepal, por su parte, sobre la propuesta de la NMA manifestó que “no se puede lanzar una acción de inmediato ya que todo el país está luchando para evitar la propagación de coronavirus. La campaña de limpieza es una buena iniciativa, pero debemos esperar.”
Desde el año 2014, el gobierno del Nepal incorporó un depósito de 4.000 dólares a cada expedición para concienciar a los alpinistas de recoger sus desechos. El importe se devuelve si los alpinistas regresan con al menos ocho kilogramos de basura, además de sus propios desperdicios. Lamentablemente muchas expediciones prefieren no recuperar el depósito y dejan sus residuos en la montaña.
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