Las Jornadas gastronómicas FocxFoc ofrecen un menú a cuatro manos entre Javier Brichetto, embajador del “asado” argentino, y los chefs de los restaurantes de Grandvalira, el Racó de Solanelles y el Refugio del Llac de Pessons
Grandvalira no sólo es un destino para esquiar, sino también un lugar destacado para disfrutar de la gastronomía de altura. A lo largo de la temporada se suceden muchas propuestas culinarias. Las últimas celebradas fueron las jornadas FuegoxFuego centradas para los amantes de la buena brasa y carne. El chef argentino, Javier Brichetto, reconocido internacionalmente por su dominio del «asado argentino», se unió a los chefs de Grandvalira, Christian Moreau, Gerardo López y Juanjo Cubo, en los fogones de los restaurantes Racó de Solanelles en el sector Encamp y Refugio del Llac de Pessons en el sector de Grau Roig. Juntos, crearon un menú a cuatro manos, fusionando la cocina andorrana, argentina y madrileña.
La propuesta del restaurante Piantao de Madrid se pudo degustar durante dos jornadas, a más de 2.000 m de altura, en los restaurantes de el Racó de Solanelles y el Refugio del Llac de Pessons
Durante dos cenas, en el Refugio del Llac de Pessons, y una comida en el Racó de Solanelles, cerca de 200 comensales tuvieron la oportunidad de degustar las innovadoras técnicas de brasa que el chef Brichetto perfeccionó en sus restaurantes ‘Piantao’ de Madrid, seleccionados como el número 28 y el cuarto mejor de España en los World’s 101 Best Steak Restaurants. El cocinero argentino reconoció que “la gente no tiene noción de lo que supone cocinar en la nieve. Los ingredientes se transportan en una retrac que sube a la montaña. Cocinar con el fuego al aire libre y con la nieve no es solo una experiencia para mí, como cocinero, sino también para el que la vive como comensal”.
La propuesta gastronómica tuvo de ingredientes de máxima calidad con carnes de Estados Unidos y Japón. La ternera Black Angus US Meat Export Federation y el U.S. Beef, reconocida por su intensidad de sabor, y la japonesa Wagyu, probablemente la carne más exquisita del mundo y más ansiada por los paladares más exigentes. Ambas se pudieron degustar en múltiples cortes: ojo de bife, entraña, costilla, picaña o chistorra, entre otros. Tal y como explicó el propio Brichetto, su propuesta de brasa no se limita a un asado argentino al uso. “Hago diferentes cortes de carne, con diferentes orígenes y cocción. Desarrollamos técnicas de cocción a partir de una pirámide en la que cocinamos directamente con piezas enteras: desde una entraña americana hasta un solomillo de Wuagyu japonés, todas ellas carnes que yo trabajo en mi restaurante y que, por primera vez, se cocinaron a más de 2.000 metros de altura”.
Javier Brichetto aceptó el reto de participar en las jornadas FocxFoc por la excelencia de las cocinas de los restaurantes de altura de la estación andorrana. El chef destacó que “las cocinas son de mucho nivel y el prestigio de Grandvalira ha sido mi otra gran motivación”.
En una experiencia gastronómica, el entorno juega un papel crucial. En este caso, el restaurante Racó de Solanelles, a 2.500 metros de altura y accesible mediante el Funicamp, ofreció no solo una excelente comida, sino también una experiencia visual única. Su terraza renovada proporcionó un espacio cálido y cómodo con vistas privilegiadas. Los afortunados comensales que disfrutaron de las cenas en el Refugio del Llac de Pessons comenzaron su experiencia antes de llegar al restaurante. Subieron en retrac hasta los 2.350 metros de altura donde se encuentra este espacio gastronómico, uno de los más emblemáticos de Grandvalira con treinta años de experiencia en la cocina de montaña.
La cocina de altura que se hace a diario a más de 2.000 m en los diversos restaurantes de Grandvalira se puso nuevamente en valor gracias a las Jornadas FocxFoc. Buenas instalaciones, diseños muy estudiados y materia prima de primera para dar respuesta a la compleja operativa diaria.
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