Lindsey Vonn se ha despedido de la temporada, tras confirmarse la gravedad de la lesión que se produjo en el supergigante de Grandvalira. Inicialmente a la esquiadora norteamericana le detectaron una fractura por estrés en la rodilla izquierda, pero tras un examen exhaustivo en un centro especializado de la imagen de Barcelona se ha comprobado que la lesión requiere un tratamiento conservador y nada de esquí, ya que en caso contrario podría repercutir en la movilidad de su pierna.
De la inicial pequeña fisura se ha pasado a tres y ha afectado a la meseta tibial. De forzar la pierna podría acabar necesitando una operación. Con el horizonte de los campeonatos del mundo y los juegos olímpicos de 2018 la esquiadora no ha querido correr riesgos incensarios, aunque haya perdido una inmejorable ocasión para ganar su quinto título de la copa del mundo de esquí.
La noticia la ha avanzado personalmente ella en su redes sociales al reconocer que ”es una decisión difícil, pero debo poner fin a mi temporada y dejar el circuito de la copa del mundo. En estos momentos estoy liderando la clasificación de la copa del mundo y esta es una de las decisiones más difíciles de mi carrera. No puedo arriesgarme a sufrir una grave operación que podría poner en juego mi futuro en el esquí de competición”. La estrella del esquí mundial ha pasado revista a la temporada y ha destacado que “estoy muy orgullosa de lo que he sido capaz de llevar a cabo esta año: Copa del mundo de 9 victorias, titulo de descenso, superar el récord de triunfos descenso, de podios en supergigante y el de victorias en la Copa del mundo de esquí.”
El objetivo de Lindsey Vonn era obtener por quinta vez el título de la copa del mundo. Su ausencia pone en bandeja de plata la competición a la suiza Lara Gut que busca su primera victoria absoluta.
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