El esquiador austriaco Marcel Hirscher, ocho veces campeón general de la Copa del Mundo de esquí alpino, se ha visto obligado a poner fin a su ansiado regreso a la alta competición tras sufrir una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) de su rodilla izquierda. La lesión ocurrió mientras entrenaba en Schladming, Austria, preparando su participación en las próximas pruebas de Val d’Isère.
Durante una sesión de eslalon gigante, Hirscher perdió el equilibrio al cometer un pequeño error con su esquí interior, lo que provocó la lesión aunque no llegó a caer. «Ligamento cruzado roto, proyecto terminado», expresó con serenidad tras confirmarse el diagnóstico mediante resonancia magnética.
Esa misma noche, el esquiador fue trasladado a la Clínica Privada Ragnitz en Graz, donde los cirujanos Dr. Jürgen Mandl y Dr. Mark Passl llevaron a cabo una reconstrucción quirúrgica exitosa. Según los médicos, la operación de 90 minutos no reveló daños adicionales significativos más allá de una pequeña lesión en el aparato capsular externo. “Estas son las mejores condiciones posibles para la recuperación. La fisioterapia puede comenzar de inmediato”, aseguró el Dr. Mandl.
Un final abrupto para su regreso
Hirscher había estado trabajando intensamente en su regreso desde hacía ocho meses, un proyecto impulsado por su pasión por el esquí competitivo y su rol en Van Deer-Red Bull Sports, la marca que fundó y con la que combina competición y mentoría para jóvenes talentos.
Sin embargo, esta lesión ha cambiado drásticamente el curso de su temporada y sus planes. Desde su cama de hospital, Hirscher reflexionó sobre el duro golpe emocional que supone este revés y destacó que «obviamente tenía otros planes para este invierno, pero todo esto es parte del juego. Quizás mi viaje finalmente haya terminado».
A pesar de ser una lesión común en el esquí alpino, el austriaco nunca había enfrentado una rotura de ligamento cruzado durante su carrera, conocida por su consistencia y su casi total ausencia de lesiones graves, un factor clave en la conquista de sus ocho Globos de Cristal consecutivos.
Gratitud de Marcel Hirscher a su equipo
Hirscher había iniciado su temporada con resultados mixtos, como su vigésimo tercer puesto en el gigante inaugural de Sölden, donde logró pasar a la segunda manga pese a partir con un dorsal alto. Sin embargo, no consiguió clasificar en los eslalons de Levi y Gurgl. Su objetivo era brillar en Val d’Isère, pero la lesión truncó esas aspiraciones. Con espíritu reflexivo, el esquiador agradeció el apoyo recibido y destacó las experiencias positivas de este último esfuerzo competitivo. El esquiador autríaco reconoció que «es un duro golpe después de ocho meses de trabajo en este proyecto, que nació de mi pasión por el esquí. Es una lástima porque mi equipo y yo teníamos otra cosa en mente para este invierno. Lo que me queda es que estos ocho meses han sido intensos y me han traído muchísimas alegrías. Quiero agradecer a todos los que hicieron posible este viaje».
Tras esta lesión, el futuro competitivo de Marcel Hirscher queda en duda. Su regreso dependerá de numerosos factores, como el éxito de la recuperación y la motivación para volver a competir, que quizá no sea la misma tras este revés. De momento, lo que no cambia es su legado como uno de los mejores esquiadores de todos los tiempos, así como su compromiso con el deporte, que continúa a través de su equipo, inspirando y guiando a las próximas generaciones del esquí alpino.