Hace cincuenta años, en una época donde el alpinismo catalán y por extensión español aún exploraba sus límites, una expedición catalana formada por nueve miembros hizo cumbre en el Annapurna Este, que es una cima subsidiaria del Annapurna principal (I). Era el 29 de abril de 1974. Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civis fueron los afortunados que hicieron cima a un un ochomil que se erigía desafiante en el corazón del Himalaya y que seguia virgen. Lo hicieron sin utilizar oxigeno y sin la ayuda de sherpas, que se negaron a continuar a partir del campo II, a 5.900 metros. Cincuenta años después recordamos algunos de los momentos más desafiantes del viaje al Annapurna Este con algunos de sus protagonistas.
Dos mienbros de la expedición, Emili Civis y Manuel Martin, transportaron los 7.000 kilos de la expedición entre Bombay y Pokhara durante practicamente un mes
Las expediciones de ahora nada tiene que ver con las de los años setenta. Como recuerda Emili Civis que destacó que «la expedición se comenzó a montarse dos años antes. A parte del soporte economico, que fue complicado de completar, habia que buscar toda la información posible. En esa época no era nada fácil y no tiene nada que ver con la actualidad e internet. Junto con Manel -refiriendose a Manuel Martin- salimos un mes antes de Barcelona para ir a buscar el material de Bombay y de aquí en camión a Pokhara -alrededor de 2.000 kilómetros por carretera- y practicamente tardamos un mes en llegar a destino».
Los sherpas, que no tenian el nivel alpinístico de ahora, se negaron a subir al campo III, 6.500 m, tras ver los restos de una monumental avalancha en el campo II
La travesía hacia la cumbre no estuvo exenta de desafíos. Alrededor de ciento cincuenta culis o porteadores y seis sherpas se unieron al equipo para transportar más de 7.000 kilos de material a lo largo de tres semanas de agotadora aproximación. En una época donde la logística era un desafío aún mayor que la propia escalada, hubo infinidad de problemas. Los culis iban muy mal equipados y hasta hubo alguna plantada por parte de los porteadores que se solucionó con más dinero. Fue cuando la expedición debió debio ascender el collado de Thulo Bugin (4.359m) que estaba nevado camino del campo base. Como rememora Manuel Martin incluso «les regalamos calzado, pero muchos de ellos no podian ponerselo ya que tenian tantas duricias en los pies que era imposible».
Inicialmente la expedición, que en su núcleo duro idearon Anglada, Pons y Civis, perseguia la ascensión al Annapurna (8.091 m), que fue la primera cima de ochomil metros hollada por el hombre. Fueron los franceses Maurice Herzog (1919-2012) y Louis Lachenal (1921-1955) que coronaron la montaña el 3 de junio de 1950. Jordi Pons reconoció que «hubo cambio de planes nada más llegar al campo base, a 4.500 metros, el 4 de abril. Una vez en el lugar comprobamos que la ruta resultaba extremadamente peligrosa por sufrir constantes avalanchas. Fue entonces cuando dedicdimos enfocarnos a la cumbre oriental, que hasta entonces permanecía virgen».
Jordi Pons: «En el campo III, 6.500m, dcidimos realizar una cordada de tipo alpino, cargando tienda y comida para hacer cumbre en dos días desde el campo V a 7.400 metros»
Jordi Pons, que escribió un libro del aventura «Annapurna Este. Un 8000 virgen», recuerda perfectamente la aventura. A sus 91años mantiene una actividad montañera inusual y no tiene problemas de memoria. El veterano montañero remarcó que el momento más crítico fue cuando los sherpas se negaron a subir y tuvieron que tomar la determinación de dividir la cordada de ataque. Cuando seis de los nueve expedicionarios estaban en el campo II sufrieron los restos de una monumental avalancha provocada por la onda expansiva de los seracs de la cara norte y pensaron que se acaba la expedición allí. Los restos acabaron a nada más cien metros de donde ellos tenian las tiendas.
Pons rememora que «afortunadamente todo quedó en un fuerte susto, aunque se perdió algo de material. Tras este suceso los sherpas se negaron a subir al campo III porque les daba miedo. Entonces tomamos la determinación de que un equipo haría cumbre y el otro haría de apoyo. Los seis subimos al campo III, a 6.500m, con víveres y material gas y a partir de este punto decidimos realizar una cordada de tipo alpino, cargando tienda y comida para hacer cumbre en dos días desde el campo V a 7.400 metros». El equipo de apoyo estuvo formado por Xavi Pérez Gil, Antoni Villena y Manel Martín, que fueron a recepcionarlos en su agónico descenso.
La expedición estuvo formada por ocho alpinistas catalanes y el aragonés Eduardo Blanchard
El último día ascendieron los 600 metros desde el campanento V hasta la cima a la que llegaron a las nueve de la noche. No fue fácil ya que moverse en la conocida zona de la muerte, a partir de los 7.800m, es muy lento y la dificultad de respiración es un problema. No hubo fotos en la cumbre, la última instantánea que existe es una fotografia de Emili Civis hecha por Pons a unos cien metros de la cumbre.
La expedición al Annapurna Este no sólo representó una conquista física, sino también un salto al futuro en el montañismo catalán. Marcó el comienzo de una nueva época y sirvió como inspiración para las generaciones futuras de alpinistas españoles.
Los 9 alpinistas de la expedición al Annapurna Este 1974
Josep Manuel Anglada i Nieto (Barcelona, 1933) Jefe de expedición
Jordi Pons i Sangenís (Barcelona, 1933) Director técnico
Mariano Anglada i Lasierra (Barcelona, 1917-2010) Medico de la expedición
Enric Benavent i Mata (Barcelona, 1924-?) Tesorero
Eduardo Blanchard Castillo (Bárcena de Cicero, 1915-Zaragoza, 2005)
Emili Civis i Abad (Badalona, 1943)
Manuel Martín i Casado (Barcelona 1945)
Xavier Pérez i Gil (Barcelona, 1948)
Antoni Villena i Segura (Barcelona, 1937)
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