La Val d’Aran inició su apertura turística a mediados años sesenta a la sombra del llamado desarrollismo español. Sus malas comunicaciones, la carretera del puerto de la Bonaigua, inaugurada en 1924 y el Túnel de Vielha en 1948, habían aislado el valle. La apertura se produjo con la puesta en marcha en 1964 de la estación de esquí de Baqueira. El centro invernal resultó determinante para que la Administración franquista de la época empezara a acometer algunas mejoras en sus infraestructuras y servicios. El primero y más destacado fue la construcción del Parador Nacional de Viella que fue aprobado en Consejo de Ministros de 1955, tal y como reproducía en una pequeña nota de agencia La Vanguardia en su edición del 19 de octubre señalando que “ha causado general satisfacción la noticia de que en un Consejo de Ministros se haya aprobado la construcción de un parador nacional de turismo en el Valle de Aran, pues con dicha obra se reviste al Valle del prestigio turista que se merece”.
Las obras del futuro Parador de Vielha aún tardarían bastantes años en iniciarse y no será hasta el año 1963 cuando tomen cuerpo. El 9 de julio de ese año presidido por el gobernador de Lleida José Antonio Serrano Montalvo, el presidente de la Diputación de Lleida Antonio Aige Pascual y el alcalde Josep Calbetó se celebró el acto de colocación de la primera piedra de las obras de construcción del Parador. Según los datos publicados por la prensa de la época el presupuesto de la obra era de cuarenta millones y medio de pesetas. El edificio de nueva planta tuvo la firma y el diseño del arquitecto de Paradores, Jesús Valverde Viñas. En esta ocasión Paradores rompía con su filosofía fundacional que era la de establecerse dentro de algunos recintos históricos o edificios emblemáticos.
El nuevo establecimiento hotelero se levantó en una zona privilegiada y antiguamente conocida como “El Casquet”, a unos 250 metros de altura y a dos 2 kilómetros de Vielha, y a trece de Baqueira. No es un edifico especialmente bonito, aunque mantiene los valores arquitectónicos del Valle en cuanto a utilización de piedra y pizarra. En cambio, la cúpula circular de pizarra, bajo la cual está ubicado el restaurante, confiere personalidad a su construcción y se ha convertido en el gran icono del Parador.
Según los datos publicados por la prensa de la época el presupuesto para la construcción del Parador de Vielha ascendía a cuarenta millones y medio de pesetas
Inauguración oficial
El 25 de julio de 1966 el todopoderoso Manuel Fraga Iribarne, entonces ministro de Información y Turismo del régimen franquista, fue el encargado de inaugurar el Parador de Vielha -a pie de artículo se puede ver la pomposa información ofrecida por el NODO- acompañado de autoridades españolas, francesas, andorranas y locales. La visita del ministro resultó, a tenor de lo que transmiten las imágenes del noticiario, como “Bienvenido Mister Marshall”. No se ha de olvidar que la Val d’Aran fue el último reducto de los maquis. En el año 1944 protagonizaron una invasión frustrada por la ingente superioridad del ejército franquista. De ahí el interés del régimen por contentar a una población y zona históricamente aislada y abandonada a su suerte. La jornada había comenzado en la iglesia de Vielha con una Misa oficiada por el Obispo de la Seu d’Urgell y copríncipe de Andorra, Ramon Iglésias Navarri.
Entre las diversas visitas realizadas por el séquito de Manuel Fraga, que incluyó un reconocimiento a las obras del Túnel de Vielha, queremos destacar dos por su interés turístico. La comitiva se desplazó hasta el pueblo Arties para tomar “simbólica” posesión del hasta entonces mal llamado Castillo de Portolà, pero que en realidad era una torre de planta cuadrangular adosada a una casa señorial (s XIV y XV), que había pertenecido al linaje de los Portolà. Su personaje más famoso fue Gaspar de Portolà (1717-1786) coronel de Dragones y primer Virrey o gobernador de California. La construcción se había cedido a la subsecretaria de Turismo para su rehabilitación. La reforma y reconstrucción se adjudicó en ocho millones de pesetas. La intención inicial era crear una Hostería Nacional de Turismo, pero acabó por convertirse en el Parador de Arties, el segundo de la Val d’Aran, y abierto el año 1967.
De Arties, Fraga se desplazó a Baqueira -inaugurada el 6 de diciembre de 1964- donde fue recibido por el consejo de administración y su presidente Jorge Jordana de Pozas a la sazón también presidente de la Federación Española de Esquí, entre los años 1960 y 1967. Fraga subió hasta la cota 2230 metros en el telesilla TII, el segundo remonte de Baqueira, e inaugurado en invierno de 1965. Baqueira y sus promotores buscaban con ahínco que el ministerio declarada la estación de esquí Centro de Interés Turístico Nacional, tal y como sucedió posteriormente, por las ventajas administrativas que ello suponía.
Revulsivo hotelero
La puesta en marcha del Parador de Vielha supuso un revulsivo para el sector hotelero de la Val d’Aran muy anticuado y con pocas plazas de calidad. En aquella época en Vielha funcionaban los hoteles Internacional, Aran y Aneto; las fondas Serrano, Turull, Urogallo, Bervaista y la casa de huéspedes Barra; En Gessa, el hostal La Creu; En Salardú, la fonda Ademá, y las casas de huéspedes, Garona y Barberá y en Les, el Hotel Europa, hostal del Isard, pensión Canejan y Fondas Talabart y Los Baños. La capacidad hotelera era muy reducida y se completaba con algunos pequeños establecimientos en Arties, Aubert y Bossòst. La falta de alojamientos se agravó con las entrada en funcionamiento de la estación de esquí de Baqueira. Por decir que el primer establecimiento hotelero de Baqueira, inaugurado en 1972, fue el primer 4 estrellas del Valle y de la provincia de Lleida. O , por ejemplo, que en 1970 la capacidad hotelera de la provincia era de 343 hoteles con 4.955 habitaciones y 8.179 plazas.
El Parador de Vielha se inauguró un año muy prolífico para Paradores ya que ese mismo 1966 abrieron los de Ayamonte (Huelva), Aiguablava (Girona), Mojácar (Almeria), Alarcón (Cuenca), Jarandilla de la Vera (Cáceres), Portomarín (Lugo), Cambados (Pontervedra), Avila, Fuente Dé (Santander), Baiona (Pontevedra), Olite (Navarra) y El Saler (Valencia), Arcos de la Frontera (Cádiz), Soria y Sierra Nevada. En la actualidad los de Portomarín y Sierra Nevada, ya no pertenecen a Paradores.
Profunda reforma
Entre los años 2002 y 2004, el Parador de Vielha sufrió una gran trasformación para adecuarse a los nuevos tiempos. El edificio y sus estancias fue sometido a un proyecto integral de remodelación y modernización de las instalaciones por valor 1.250.000 euros. El interiorista catalán Pascua Ortega, que fue la cara visible, le dio su sello personal, pero manteniendo algunas piezas originales, como las lámparas de hierro forjado, y respetando parte del mobiliario. La remodelación se aprovechó para dotar el parador de una amplia zona de spa con piscina interior y exterior. En su momento el de Vielha se convirtió en el primer establecimiento de la cadena de Paradores en disponer de zona de spa.
Cuando se le pregunta a su actual director, José Hernández Bautista, por los puntos fuertes de su Parador destaca que “es un hotel familiar y enfocado al descanso, siendo el destino favorito de familias que buscan un hotel con piscina en la naturaleza y que tenga un spa. Por su entorno natural es uno de los más fotografiados de la red de Paradores. Estar en el jacuzzi cuando nieva o en pleno verano con esas vistas es único. Su ubicación es inmejorable con la panorámica del valle de Aran. Otro de los motivos de satisfacción es nuestra gastronomía. La cuidamos mucho lo que nos ha posicionado como un destino gastroturistico. En los meses de verano ofrecemos excursiones guiadas y gratuitas para nuestros clientes para que conozcan esos rincones del valle menos conocidos, pero igualmente impresionantes.”
NODO Inauguración Parador de Turismo de Vielha (1966)