El rescate del joven montañero joven leonés de 23 años – Senén Turienzo Llamazares- desaparecido desde el pasado lunes en los Picos de Europa, se ha convertido en un auténtico milagro que confirma aquello de que la esperanza es lo último que se pierde. Tras emprender una ruta en solitario por la cordillera, su localización con vida en el Jou de los Boches, en el Macizo Oriental, trajo alivio a familiares y al amplio dispositivo que lo buscaba. El joven, que sufrió un traumatismo craneoencefálico, contusiones varias y posibles fracturas en las extremidades superiores, fue evuacuado con un helicoptero medicalizado hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanece estable.
Según informó la familia al presentar la denuncia de desaparición ante la Guardia Civil, el joven había emprendido en solitario una travesía de alta montaña desde Bejes, Cantabria, hasta Covadonga, Asturias. Esta ruta, que atraviesa los Picos de Europa, es especialmente exigente en condiciones invernales y requiere una preparación meticulosa y equipo adecuado, como crampones y piolet, que el joven no llevaba consigo.
La meteorología jugó a su favor
La suerte quiso que la meteorología de estos días no fuera adversa, evitando así que el montañero sufriera hipotermia severa, un riesgo habitual en esta época del año en pleno invierno con nevadas y cambios bruscos de temperaturas.
Cuatro días de esfuerzo a contrareloj en los Picos de Europa
Desde que se perdió el rastro del montañero que iba solo, el pasado lunes, se activó un operativo liderado por el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), en colaboración con efectivos de rescate de Cantabria, la Guardia Civil, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y agentes medioambientales. El Puesto de Mando Avanzado, instalado en Sotres, Cabrales, coordinó las labores en un terreno de difícil acceso.
A lo largo de la semana, los equipos rastrearon zonas clave del macizo central, como la Canal de Jidiellu, el Refugio del Urriellu, la Canal de Valcosín y Andara. Los esfuerzos combinados incluyeron drones con tecnología LifeSeeker, helicópteros de rescate y unidades caninas. Pese a las dificultades, el jueves por la noche se decidió suspender las tareas hasta el amanecer del viernes, momento en el que se retomó la búsqueda con renovada determinación.
El momento del rescate
La localización del joven malherido tuvo lugar alrededor de las dos del mediadoia, cuando un equipo del SEPA que rastreaba entre el Refugio del Urriellu y Horcada de Caín escuchó gritos de auxilio. Las voces procedían del Jou de los Boches, un lugar de difícil acceso. Informaron al helicóptero medicalizado del SEPA, que sobrevoló la zona y avistó al montañero, que pesar de sus heridas y de estar muy débil, pudo ponerse en pie para ser visto.
Tras descender al lugar, el bombero-rescatador y el médico estabilizaron al joven, que presentaba heridas compatibles con una fuerte caída. Una vez asegurado, fue izado a la aeronave y evacuado al HUCA, donde ingresó alrededor de las tres y media de la tarde.
Final feliz para un operativo ejemplar
El rescate de Senén Turienzo no solo pone fin a una situación de alta tensión para familiares y amigos, sino que también resalta el trabajo conjunto y la eficacia de los equipos de emergencias de Asturias y Cantabria. Participaron en el operativo el Jefe Supervisor y el Jefe de la Zona Oriental del SEPA, efectivos de bomberos, la Unidad de Drones y Canina, el GREIM de la Guardia Civil, y equipos de rescate cántabros.
Gracias a la tenacidad de todos los involucrados y a unas condiciones climáticas favorables, la historia de Turienzo concluyó con un desenlace esperanzador. Sin embargo, este caso vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate sobre la importancia de contar con la preparación adecuada y el material necesario para afrontar la montaña en invierno, preferiblemente en compañía.
El guardia del refugio de Casetón de Ándara intentó disuadirlo
Por su interés, reproducimos el relato de Enrique González, guarda del refugio Casetón de Ándara, situado a 1.725 metros, que mantuvo la última conversación conocida con Senén Turienzo Llamazares, el joven leonés rescatado tras cuatro días desaparecido en los Picos de Europa.
La conversación tuvo lugar el lunes previo a su desaparición. «Nos saludamos. Le pregunté de dónde era y me dijo que de León. Luego me comentó que quería subir al Pico Valdominguero y bajar por la Canal de Jidiellu, pero no iba preparado para nada», explicó el guarda, que intentó disuadir al joven de continuar. Sin material adecuado«No llevaba crampones ni piolet, ni ropa adecuada para invierno. Le dije que no estaba en condiciones de subir porque no le iba a dar tiempo a llegar, pero me aseguró que tenía material para dormir de vivac», relató Enrique González al Diario de Cantabria. «Le insistí en que no subiera, y me dijo que me haría caso; pero al despedirnos vi que subía. Hizo caso omiso de las advertencias», concluyó Enrique González. |