El Parque Astronómico del Montsec, situado en el municipio de Àger, en la comarca de la Noguera, se prepara para una de las mejores lluvias de estrellas de los últimos años. Este verano, entre el 17 de julio y el 24 de agosto, el cielo nocturno regalará uno de los espectáculos más mágicos: las Perseidas, también conocidos como las Lágrimas de San Lorenzo. Esta lluvia de meteoros, una de las más intensas y conocidas del año, se podrá ver con mucha claridad desde el Parque Astronómico del Montsec, siempre que las condiciones meteorológicas acompañen.
El lugar de observación es crucial para ver las Perseidas con claridad. Aunque son muy brillantes, es recomendable alejarse de áreas con alta contaminación lumínica y buscar lugares más oscuros. Por esta razón el Parque Astronómico del Montsec es un lugar ideal para disfrutar de este fenómeno. Además, el Parque Astronómico del Montsec acerca la ciencia al público para dar a conocer la grandeza de un cielo nocturno con unas características extraordinarias que permiten descubrir los secretos del universo. Por eso, se considera el equipamiento de astronomía más importante de Catalunya y ha sido reconocido por la UNESCO como Reserva y Destino Turístico Starlight.
¿Cuándo podemos ver las Perseidas?
La lluvia de estrellas es uno de los fenómenos astronómicos más famosos y esperados. Cada verano, el cielo nocturno se ilumina con las Perseidas, la mayor lluvia de estrellas del año. Aunque este fenómeno se extiende durante gran parte de julio, es en agosto cuando su visibilidad es más clara. Las perseidas comenzaron alrededor del 17 de julio y terminarán el 24 de agosto. El pico de máxima intensidad se espera la noche del 12 al 13 de agosto. Sin embargo, debido a la presencia de la Luna, las noches previas pueden ser más óptimas para la observación del fenómeno, especialmente la noche del día 11.
¿Qué son los Perseidas y por qué suceden?
Los Perseidas son una lluvia de meteoros que se produce a principios de agosto. Es una de las lluvias de estrellas con mayor intensidad de todo el año y la más conocida ya que se produce en una época muy agradable para disfrutar del cielo nocturno.
Su origen se encuentra en el paso de un cometa llamado Swift-Tuttle que, hacia los años 90, viajó por el sistema solar interior, donde están el Sol y los planetas rocosos como la Tierra. Al pasar por esta zona, como consecuencia del calentamiento por la proximidad al Sol, liberó partículas de polvo que quedaron dispersas por el espacio. La Tierra cruza esta zona cada año hacia principios de agosto y estas partículas entran en nuestra atmósfera y, como resultado, producen estas colas brillantes que llamamos estrellas fugaces.
Desde el Astronómico destacan que “normalmente son partículas de polvo del tamaño de un grano de arena, pudiendo llegar al tamaño de una piedra que cogemos con la mano. Al entrar en la atmósfera de la Tierra se empiezan a calentar por el rozamiento con el gas y se acaban desintegrando, por lo que se convierten en colas brillantes que duran desde centésimas de segundo a un par de segundos, dependiendo del tamaño. Como parecen estrellas que caen al cielo se llaman “estrellas fugaces” pero el nombre científico sería “meteoros”.
Aventuras de Vallter en verano: senderismo, trailrunning y ciclismo para toda la familia
Las Perseidas se ven en el hemisferio norte, en la constelación de Perseo, situada al noreste. Esta constelación sale hacia las 2.00 h de la madrugada, momento en el que se pueden observar con mayor intensidad. Según los astrónomos del Parque, “la mejor forma de observar los perseidas es a simple vista, sin telescopios, tal como hacemos nosotros en las visitas nocturnas. En la parte exterior vemos el cielo a simple vista y aprovechamos para explicar este fenómeno y localizar la zona del cielo donde se ven más”.
¿Por qué se ven tan bien las Perseidas?
Varios factores hacen de agosto el mejor momento para observar esta gran lluvia de estrellas. En primer lugar, durante este periodo podemos ver entre 50 y 100 meteoros por hora. Además, este fenómeno ocurre a mitad del verano en el hemisferio norte, lo que garantiza cielos más despejados y una buena visibilidad, junto con noches largas. Por estos motivos, no necesitamos usar prismáticos ni telescopios para disfrutar de esta maravilla del universo.