Paul Guschlbauer conquista el volcán Augustine en una expedición de parapente sin precedentes

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Aventura extrema en Alaska

El parapentista autríaco conquista el volcán Augustine, enfrentando condiciones impredecibles, estableciendo un nuevo estándar en la exploración aérea.

Paul Guschlbauer
Paul Guschlbauer en pleno vuelo sobre el volcán Augustine, desafiando la naturaleza con su excepcional destreza en parapente. (Copyright/Robin Issartel/Red Bull Content Pool)

Paul Guschlbauer logró completar el reto de aterrizar en la cima del el volcán Augustine, situado en una isla deshabitada del estado estadounidense de Alaska y uno de los más activos de esta zona,  en una emocionante expedición de parapente. El deportista austríaco Paul Guschlbauer, nacido en Graz, es un pionero en el mundo del parapente. Desde muy joven, Guschlbauer mostró una profunda conexión con la naturaleza y los deportes al aire libre. Inicialmente, se dedicó al ciclismo de montaña y la escalada, pero pronto encontró su verdadera pasión en el parapente, una disciplina que le permite explorar los cielos y superar límites personales y geográficos.

El volcán Augustine es imponente y peligroso

El volcán Augustine,  ubicado a 284 kilómetros de Anchorage, se alza en una isla deshabitada en la costa sur de Alaska, en la ensenada de Cook. Esta isla forma parte del arco volcánico de las Aleutianas, una cadena de volcanes creados por la subducción de la Placa del Pacífico bajo la Placa de América del Norte. Con una altura de 1.254 metros, el Augustine es un estratovolcán imponente, construido a lo largo de los años por capas de lava endurecida, tefra, pumita y ceniza volcánica. Su historial de erupciones explosivas, que incluyen flujos piroclásticos, nubes de ceniza y domos de lava, lo convierten en uno de los volcanes más temidos de Alaska.

Paul Guschlbauer
Paul Guschlbauer evaluó cuidadosamente las condiciones del terreno volcánico antes de completar su desafiante vuelo sobre el volcán Augustine,.
(Copyright/Robin Issartel/Red Bull Content Pool)

El Observatorio de Volcanes de Alaska (AVO, por sus siglas en inglés) monitorea continuamente el volcán en busca de signos de actividad, utilizando una red de sismógrafos, imágenes satelitales y otros instrumentos geofísicos. A lo largo de los años, el Augustine ha demostrado su volatilidad con erupciones significativas en 1883, 1935, 1963-64, 1976, 1986 y más recientemente en 2006, lo que ha reforzado su reputación como uno de los volcanes más activos de la región.

Desafío en parapente de alto riesgo

Guschlbauer descubrió el volcán Augustine durante un viaje a Alaska y de inmediato imaginó aterrizar en la costa con una pequeña aeronave. “Vi la montaña desde el continente y pensé que sería increíble volar hasta allí y aterrizar en la playa”, recuerda Guschlbauer. Aunque ninguno de sus amigos locales conocía los lugares exactos para aterrizar, él estaba seguro de que podría realizar el vuelo en parapente una vez que llegara.

La planificación de esta misión requirió varios años de preparación meticulosa y un profundo conocimiento tanto del vuelo como del parapente en condiciones desafiantes. Con la ayuda de Ken, un mentor que le enseñó a volar en Alaska, y su hijo Thomas, Guschlbauer adquirió información crucial sobre el terreno y las dinámicas meteorológicas de la región. A pesar de la ubicación remota y los patrones de viento inciertos, su experiencia le permitió esperar el momento perfecto para aprovechar las corrientes ascendentes de aire cálido, esenciales para ganar altitud y mantenerse en el aire durante el vuelo.

05/08/2024 Paul Guschlbauer aterriza en la cima del Mount Augustine (volcán)
El veterano parapentista austriaco Paul Guschlbauer aterrizo en parapente en la cima del volcán Augustine. El Monte Augustine, un domo de lava rodeado de restos piroclásticos, forma la isla de Augustine en el suroeste de Cook Inlet, Alaska, a 280 kilómetros de Anchorage. Esta isla volcánica, con un área de 83.872 km², está compuesta principalmente por depósitos de erupciones pasadas.

Guschlbauer no dejó nada al azar

El plan de Guschlbauer consistía en volar lo más alto posible con la avioneta, conquistar la montaña y luego descender en parapente. Después de aterrizar en un lugar adecuado y escalar 100 metros adicionales, las cambiantes condiciones térmicas le permitieron realizar el vuelo en parapente desde la cumbre. “Volar en círculos y termalmente desde el volcán, rodeado por el mar, fue una experiencia incomparable. Nunca imaginé que podría aterrizar en la cima, pero la oportunidad estaba allí, y yo estaba listo. ¡Fue simplemente espectacular!”, afirmó.

La misión no estuvo exenta de desafíos técnicos significativos, incluyendo la identificación de una zona de aterrizaje segura en la accidentada isla volcánica. Utilizando herramientas avanzadas como Google Earth para la exploración preliminar, Guschlbauer y su equipo realizaron vuelos exploratorios para finalizar su enfoque. Los patrones de viento impredecibles alrededor del volcán exigieron una precisión extrema en la planificación para garantizar oportunidades de parapente seguras y efectivas. El exitoso desafío de parapente de Paul Guschlbauer en el volcán Augustine destaca su talento excepcional y establece un nuevo punto de referencia en el deporte y la exploración.

 

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