◄ En Costa Rica no está prohibido salir a la calle y las medidas de control, de momento, son más laxas, pero Pere Aurell y Ragna Debats junto a su hija Onna, optaron por confinarse junto a la naturaleza.
Pere Aurell y Ragna Debats en compañía de su hija Onna, de 5 años, tuvieron que parar bruscamentesu su particular Vuelta al Mundo de trailrunning. Viajar durante un año a los siete continentes y competir en cada uno de ellos en una carrera de montaña. La pandemia del coronavirus les cogió en Costa Rica donde a primeros de abril debían participar en la Volcano Ultramaratón de 230 kilómetros y que evidentemente se suspendió por la crisis global. En Costa Rica no está prohibido salir a la calle y las medidas de control, de momento, son más laxas, pero ellos optaron por confinarse junto a la naturaleza.
Desde hace una semana viven en una playa desierta situada en una península de la amplia área de Golfito, al sur de Costa Rica. Este paradisiaco lugar sólo es accesible con embarcación. La familia, que duerme en una tienda de campaña, debe ser autosuficiente y buscarse parte de la alimentación fresca de cada día con la pesca. El agua la consiguen en la misma playa. Cuando baja la marea de una forma natural brota de la tierra. Inicialmente tienen previsto estos confinados tres semanas en este paraje idílico y solitario, pero la situación podría alargarse en función de la evolución de la pandemia del coronavirus en sudamericano. Sólo el móvil los mantiene conectados con el mundo.
Pere Aurell, Ragna Debats y su hija Onna tienen previsto estar confinados como mínimo tres semanas en esta playa de 2 kilómetros de longitud y ubicada en una península de la amplia área de Golfito, al sur de Costa Rica.
En diciembre salieron de Terrassa para viajar durante un año a los siete continentes y competir en cada uno de ellos en una carrera de trailrunning o ultratrail. Antes de comenzar el calendario de carreras, se desplazaron a Katmandú para hacer un entrenamiento de altura y hacer un trekking hasta el campo base del Everest situado a 5.364 m. No pudieron llegar. Se quedaron a unos 400 metros, ya que su hija Onna no disfrutaba y tenía mucho frio. Estaban a -20 ° C, pero la sensación térmica era muy superior por el fuerte viento reinante. Posteriormente pasaron las navidades de 2019 en el pueblo Melamchi, en la zona de Bagmati en el centro de Nepal. De ahí se trasladaron a Hong Kong para correr la Vibram Hong Kong 100k. La prueba asiática, de 103 km y 5.300 de desnivel acumulado fue la primera competición de su Vuelta al Mundo. Ragna Debates terminó tercera y Pere Aurell tuvo que retirarse en el km72 por problemas estomacales.
De su calendaro inicial de carreras se anularon por la pandemia del coronavirus la Volcano Ultramaratón en Costa Rica -5 abril- y la Western States en Estados Unidos -27 junio- mientras sigue en pie la Ourea Xtrem -11 julio- en Avioriaz (Francia).
De Hong Kong viajaron a Argentina para subir al Aconcagua (6.962m) y participar en la Aconcagua Ultra Trail de 100 km y 3.190m desnivel positivo. Después de hacer la cima, a primeros de febrero, decidieron cambiar de escenario al enterarse de que la carrera en sus 50km primeros transcurría al lado de la carretera que une Argentina con Chile. Tenían necesidad de otro paisaje y abandonar la árida Aconcagua. Entonces viajaron hasta Bariloche. Aquí tomaron parte en la carrera 4 Refugios Non Stop de Bariloche, que inicialmente no estaba prevista en su planning. La competición -44 km y 3.400 metros de desnivel positivo- es poco conocida internacionalmente, pero es de una gran belleza por sus constantes cambios de paisaje. Ragna Debats finalizó primera, y Pere Aurell fue segundo, sólo superado por el atleta local Santos Gabriel Rueda, conocedor de todos los secretos del recorrido y que consiguió su quinta victoria consecutiva.
De Argentina se fueron a Bolivia. No tenían previsto hacer ninguna competición, pero terminaron compitiendo en la prueba local llamada, la Chacaltaya Snowrunning. La carrera de 33km es pura alta montaña, entre los 4.600 y 5. 400 metros. Corrieron el 15 de marzo y cada uno ganó en las sus respectivas categorías.
Ahora, tienen dudas de lo que harán en los próximos meses. Barajaron la posibilidad de unir el océano Pacífico con el Atlántico a pie (350 km), pasando por el punto más alto de Costa Rica (Chirripó 3.888 m).
Las noticias del coronavirus en Europa empezaban a ser alarmantes. Ante esta situación renunciaron a viajar a Perú y decidieron ir directamente a Costa Rica y adelantarse a los acontecimientos. Desde 21 de marzo viven confinados en una solitaria playa de 2 kilómetros de longitud y viviendo una vida completamente ermitaña.
Ahora tienen ciertas dudas de lo que harán en los próximos meses, ya que buena parte del calendario de carreras de montaña se anuló. Según, su calendario inicial el 27 de junio les hubiera tocado la competición norteamericana de la Western States de 166 kilómetros, pero la prueba también fue cancelada. Tras esta carrera en su planning competitivo tienen marcada la primera edición de la Ourea Xtrem, en Avoriaz (Francia) de 250 km y 19.000 metros de desnivel positivo. Esta prevista el 11 de julio y todavía sigue en pie.
No han decidido nada. Ni que harán hasta la carrera de mediados de julio. Quizá algún reto personal. Barajaron la posibilidad de unir el océano Pacífico con el Atlántico a pie (350 km), pasando por el punto más alto de Costa Rica (Chirripó 3.888 m). Ahora mismo es imposible ya que los Parques Nacionales de Costa Rica están cerrados. Si tienen claro que quieren continuar con su aventura de Rolling Mountains. Para ellos es más que una Vuelta al Mundo haciendo carreras de montaña.
Su aventura de Rolling Mountains puede seguirse en su canal de You Tube
Hay colgados los dos primerios capítulos.
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