Inicio en el aparcamiento de la Collada de Bracons
La Collada de Bracons es un puerto de montaña situado entre els municipios de Sant Pere de Torelló en Osona i La Vall d’en Bas y marca el inicio de una de las posibles ascensiones al Puigsacalm (1.515). Podremos dejar el coche justo al inicio de la ruta, y aunque no hay un aparcamiento como tal, hay espacio en los márgenes de la carretera. La ruta empieza en lo que parece una pared de roca de difícil acceso en el mismo borde de la carretera. A pesar de su apariencia escarpada, podremos trepar fácilmente, una vez sorteada empezará un sendero bastante rocoso y algo inclinado, siguiendo las marcas en en las rocas no tardaremos en llegar -casi por sorpresa- a un frondoso hayedo con imponentes árboles centenarios.
Primera etapa: atravesamos el Hayedo hacía la Collada de Sant Bartomeu
Al iniciar este sendero, notamos un extraordinario cambio de ambiente y temperatura, tanto en verano como en invierno. Caminaremos entre avellanos y bojes, disfrutando de la tranquilidad del frondoso bosque. Al cabo de unos 20 minutos andando, llegaremos a un desvío hacia el camino de los Tossells. Para esta ruta, obviaremos la señal y seguiremos por el mismo sendero, optando por un trayecto menos escarpado y tranquilo. Otra opción es hacer la ruta circular y volver por el sendero de los Tossells después de hacer cima. Tras unos 20 minutos andando por el tupido bosque, siguiendo el camino muy bien delimitado sin más impedimento que algunos riachuelos y zonas con raíces y rocas, llegamos a la Collada de Sant Bartomeu, un pequeño collado con varias rutas señalizadas.
De Collada de Sant Bartomeu hasta hasta la Font Tornadissa
Aquí encontraremos también algún sendero alternativo, pero todos seguirán por el bosque. El camino seguirá siendo muy asequible, aunque algo más empinado en según qué tramos. Seguiremos avanzando, ganando altura y sorteando algunos riachuelos hasta llegar a la Font Tornadissa, un espacio más abierto y húmedo en el que podremos realizar una parada. Sin embargo, para una parada larga, recomendamos esperar hasta la siguiente etapa, donde podremos disfrutar de mejor suelo, temperatura y vistas.
Ascenso bordeando el Ras de les Civaderes
Desde la Font Tornadissa, el paisaje vuelve a cambiar drásticamente; dejaremos atrás el hayedo por un rato y comenzamos a subir por los Rasos del Manter hasta llegar al Ras de les Civaderes. Unas planicies dignas de contemplar tanto en invierno como en verano. Si el día está despejado, ya podremos disfrutar de vistas despejadas hasta el Pedraforca. Continuamos subiendo, bordeando el bosque hasta llegar a una puerta que nos vuelve a adentrar en el hayedo para iniciar el último tramo hasta la cima de la montaña.
Cumbre del Puigsacalm
Al cruzar la pequeña valla y puerta natural del bosque, nos reencontramos con los imponentes árboles y la humedad del ambiente; seguiremos por el sendero hasta llegar a otra bifurcación señalizada en la que seguiremos por la derecha, hacia Rasos de Manter (a la izquierda vamos en dirección Puig dels Llops). Este tramo sigue teniendo el sendero muy bien delimitado y, aunque seguimos en zona boscosa, poco a poco va desapareciendo la frondosidad para dar la bienvenida a un terreno más montañoso. Si se realiza la ruta con niños, extremar las precauciones en este tramo ya que nos acercamos a acantilados de montaña de considerable altura. Sin darnos cuenta, vislumbraremos claramente el camino para alcanzar la cima del Puigsacalm. Cinco minutos más de subida y ya podemos disfrutar de vistas panorámicas de la Garrotxa, el Pirineo oriental y gran parte de las comarcas de Girona y la Catalunya Central.
Para la vuelta, también se puede realizar una pequeña desviación para subir al Puig dels Llops (en la última bifurcación antes de volver al Ras de les Civaderes). Se trata de otra cumbre cercana que ofrece vistas igualmente espectaculares del valle de Sant Privat d’en Bas y la ermita de Santa Magdalena.
Regreso hacia Collada de Bracons
Para regresar, deshacemos el camino que nos trajo aquí. Pasamos nuevamente por la cima de la Font de la Tornadissa. El descenso es más rápido, y en poco más de una hora volvemos a estar en el punto de partida, la Collada de Bracons, cerrando así una ruta llena de belleza natural que combina frondosos bosques con paisajes impresionantes.