Trilogía alpina en tiempo récord: Eiger, Mönch y Jungfrau en 15h30’

Trilogía alpina en tiempo récord: Eiger, Mönch y Jungfrau en 15h30’

Reportaje

Nicolas Hojac y Philipp Brugger firman un nuevo récord Fastest Known Time (FKT) en los Alpes suizos: escalan las caras norte del Eiger, Mönch y Jungfrau en 15h30’, pulverizando la marca de 25 horas establecida en 2004 por Ueli Steck y Stephan Siegrist

Ueli Stech fallece tras precipitarse al vacio cuando ascendía en solitario el Nuptse (7.855m.)

Nicolas Hojac y Philipp Brugger en la cima del Jungfrau
Nicolas Hojac y Philipp Brugger celebrando su exitoso proyecto de la trilogía —escalar las icónicas y desafiantes caras norte del Eiger, Mönch y Jungfrau— en la cima de la Jungfrau, donde culminaron su histórico récord. (Copyright/John Thornton / Red Bull Content Pool)

Una noche cerrada, dos frontales encendidos y una ambición que parecía más un acto de fe que un plan con garantías. Así comenzaba a la una de la madrugada del 5 de abril  uno de los retos más imponentes del alpinismo reciente. El suizo Nicolas Hojac , 32 años, y el austríaco Philipp Brugger, 33, enlazaron las caras norte del Eiger, el Mönch y la Jungfrau -la mítica “trilogía bernesa”- en 15 horas y 30 minutos, pulverizando el récord de 25 horas que durante 21 años perteneció a los legendarios Ueli Steck (1976-2017) y Stephan Siegrist (1972).

Nicolas Hojac y Philipp Brugger
Nicolas Hojac y Philipp Brugger ascienden rumbo a la cima del Mönch, avanzando con determinación en su desafío alpino.(Copyright/John Thornton / Red Bull Content Pool)

Una travesía de resistencia, técnica y estrategia que redefine los límites del alpinismo rápido en estilo alpino, lo que viene a llamarse Fastest Known Time (FKT). Pero también una historia de segundas oportunidades, homenaje y emoción personal, marcada por obstáculos físicos, fallos de material y un cronómetro que ni ellos mismos pensaban poder derrotar.

La trilogía bernesa: símbolo de dureza y belleza alpina

Eiger (3.967 m), Mönch (4.107 m) y Jungfrau (4.158 m) dominan el horizonte del Oberland bernés. Su combinación en un solo impulso se considera uno de los mayores desafíos de los Alpes. No basta con escalar tres montañas. Hay que hacerlo enfrentando roca, hielo y nieve en sus vertientes más sombrías y verticales, y enlazarlas sin apenas descanso.

Nicolas Hojac asciende Eiger
Nicolas Hojac asciende hacia la arista cimera del Eiger mientras los primeros rayos del sol iluminan el horizonte a lo lejos. (Copyright/John Thornton / Red Bull Content Pool)

La cara norte del Eiger, célebre por su dificultad y trágica historia, fue el primer objetivo. Hojac y Brugger escalaron su clásica ruta Heckmair en apenas 5h43’, una proeza en sí misma. Les esperaba su amigo Adrian Zurbrügg, que había subido por la cara oeste con esquís para ofrecerles agua y comida.

Sin apenas detenerse, descendieron a la base del Mönch. En la ruta Lauper, se toparon con un obstáculo inesperado: faltaba una eslinga clave para asegurar un paso delicado en el tramo conocido como Schulterstand. “Fue un momento crítico”, relató Hojac. “Tuvimos que improvisar con lo que teníamos, confiando al máximo el uno en el otro”.

A las 10:55 alcanzaban la cima del segundo pico. El siguiente objetivo: Jungfraujoch, el collado glaciar donde tomaron una pausa estratégica y comieron unas patatas fritas que les ofrecieron los operarios de las estaciones de investigación de alta montaña. Energía emocional y física antes del último asalto.

Nicolas Hojac y Philipp Brugger
Nicolas Hojac y Philipp Brugger alcanzan la cima del Eiger justo cuando los primeros rayos del sol comienzan a iluminar el amanecer. (Copyright/John Thornton / Red Bull Content Pool)

La culminación: Jungfrau y el momento de la verdad

El ascenso a la Jungfrau, punto más alto del trío, fue el broche de oro. Habían preparado parte del terreno tres días antes abriendo huella en la nieve, lo que les permitió avanzar con buen ritmo. A las 16:30 horas, ambos llegaban a la cima tras un día de esfuerzo continuo y condiciones cambiantes. El crono marcaba 15 horas y 30 minutos.

“No lo podíamos creer”, confesó Hojac. “Pensábamos que acabar en 19 o 21 horas sería un éxito. Esto ha sido surrealista”. Para Brugger, el logro tuvo una carga aún más intensa: “Hace un año estaba recuperándome de una perforación intestinal. Estar aquí, en la cima de la Jungfrau con Nico, es algo que me emociona profundamente”. 

Más que un récord: herencia, amistad y determinación

Este récord no es solo una marca numérica. Es también un homenaje a Ueli Steck, compañero y mentor de Hojac, fallecido en 2017 en el Himalaya. Steck fue el artífice del primer récord junto a Siegrist, y su legado como pionero del alpinismo rápido sigue inspirando a toda una generación. “Lo más difícil siempre es ser el primero”, reflexiona Hojac. “Ueli y Stephan abrieron el camino. Nosotros solo queríamos dar un paso más”. Y vaya si lo dieron.

De fracaso a éxito: una historia de perseverancia

Este intento no fue el primero. En 2022, Hojac y Brugger abandonaron tras el Mönch porque Philipp no se sentía bien. Otros intentos fueron frustrados por la meteorología. Pero su insistencia, preparación meticulosa y sincronía como cordada hicieron finalmente posible lo que parecía inalcanzable.

Ambos tienen ya un extenso currículum. Hojac ostenta desde 2015 el récord de velocidad en la norte del Eiger y ha realizado expediciones en Patagonia, China y los Andes. Brugger, por su parte, ha logrado marcas en el Piz Bernina y aperturas en Pakistán, compaginando el alpinismo con las carreras de montaña.

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  • Miquel Ribas

    Periodista y Editor de Turiski