Vías ferratas: qué son y cómo elegir la mejor para ti

Vías ferratas: qué son y cómo elegir la mejor para ti

Reportaje

Las vías ferratas son recorridos verticales equipados con anclajes metálicos que combinan senderismo y escalada; conoce su historia, niveles de dificultad y consejos para practicarlas con seguridad

Mujer equipada con arnés y casco asegurada a un cable en una vía ferrata de alta montaña con vistas panorámicas.
Las vías ferratas permiten recorrer paredes verticales de forma segura gracias a un sistema de anclajes y cables fijos, combinando aventura y montaña. (Copyright/Getty Imatges)

Las vías ferratas son itinerarios equipados en terrenos verticales o expuestos, diseñados para facilitar el acceso a zonas de difícil alcance. Gracias a elementos artificiales como clavos, grapas, presas, pasamanos, cadenas, puentes colgantes y tirolinas, permiten que senderistas o personas sin experiencia en escalada puedan progresar con mayor seguridad.

El recorrido está asegurado mediante un cable de acero instalado a lo largo de toda la vía, al cual el usuario se ancla con un arnés equipado con un disipador de energía y mosquetones especiales de vía ferrata (marcados con una “K”). Este sistema reduce el impacto en caso de caída, proporcionando una mayor protección.

Si bien las vías ferratas acercan el mundo vertical a un público más amplio, no están exentas de riesgo. La exposición al vacío, la dificultad técnica y las exigencias físicas varían según la ruta. Por ello, es fundamental conocer la graduación de dificultad antes de aventurarse en una ferrata.

Mujer cruzando un puente colgante en una vía ferrata, equipada con arnés y casco, con un fondo de pared rocosa.
Los puentes tibetanos o colgantes son uno de los pasos más emocionantes en las vías ferratas, desafiando el equilibrio y la concentración. (Copyright/Getty Imatges)

A diferencia de un parque de aventura, donde todo está diseñado para el ocio sin mayores complicaciones, las vías ferratas requieren autonomía, conocimientos básicos de seguridad y una correcta preparación. Contar con el equipo adecuado y, en algunos casos, la guía de un profesional, marcará la diferencia entre una experiencia segura y un riesgo innecesario.

Antes de iniciar una ferrata, es imprescindible conocer su nivel de dificultad, evaluar nuestra forma física y asegurarnos de contar con el equipo y conocimientos necesarios. Solo así podremos disfrutar al máximo de la aventura, minimizando los riesgos.

Historia de las vías ferratas

El concepto de vía ferrata surge en los Alpes europeos, especialmente en los Dolomitas, a finales del siglo XIX. La palabra «ferrata» proviene del italiano y deriva de «ferro», que significa hierro. En este contexto, «via ferrata» se traduce como camino de hierro, en referencia a los anclajes y estructuras metálicas que permiten la progresión en paredes verticales y terrenos expuestos.

Sin embargo, su uso se intensificó durante la Primera Guerra Mundial, cuando el ejército italiano construyó estos recorridos en las montañas para facilitar el movimiento de tropas y suministros en zonas de difícil acceso. Tras la guerra, muchas de estas rutas fueron restauradas y adaptadas para el montañismo recreativo. Con el paso del tiempo, la práctica se expandió a otros países, evolucionando hacia itinerarios deportivos diseñados para el disfrute de los aventureros, con recorridos cada vez más desafiantes y variados.

Hoy en día, las vías ferratas están presentes en numerosos países y ofrecen experiencias para todos los niveles, desde sencillos paseos verticales hasta rutas extremas con desplomes y pasos altamente técnicos.

Mujer con casco rojo y arnés asegurada a un cable en una vía ferrata con montañas rocosas de fondo.
Las vías ferratas ofrecen una experiencia única en altura, combinando adrenalina y paisajes espectaculares en plena montaña. (Copyright/Getty Imatges)

Graduación de dificultad en vías ferratas

Las vías ferratas presentan diferentes niveles de dificultad técnica, exigencia física y grado de exposición al riesgo. Para clasificarlas, se han desarrollado distintos sistemas de graduación, siendo el más utilizado el creado por Eduard Hüsler (Zúrich, 1944).

El sistema de Eduard Hüsler: de la A a la K

El montañero suizo Eduard Hüsler diseñó una de las clasificaciones más empleadas en la actualidad. A medida que las ferratas se popularizaban, observó que existía una enorme diversidad de itinerarios: algunos eran simples trepadas con abundantes grapas, mientras que otros presentaban pasos comprometidos y altamente técnicos. Para evitar sorpresas y riesgos innecesarios, decidió desarrollar un sistema que, al igual que en la escalada y el alpinismo, permitiera conocer de antemano la dificultad de cada ruta.

Inicialmente, Hüsler propuso una graduación basada en letras, desde la A (poco difícil) hasta la E (extremadamente difícil), tomando en cuenta cuatro factores clave:

Fuerza necesaria para superar los tramos técnicos.
Resistencia y forma física requeridas para completar la ruta.
Experiencia en montaña y escalada, determinante en terrenos expuestos.
Factores psicológicos, como la gestión del miedo y el compromiso ante la altura y la exposición.

En 2007, Hüsler revisó su sistema y decidió sustituir las letras por números, añadiendo la letra K (Klettersteig, vía ferrata en alemán) para diferenciar esta clasificación de otras escalas alpinas.

Mujer con chaqueta roja y casco blanco subiendo por una vía ferrata, asegurada a un cable, con otros escaladores detrás y un valle verde al fondo."
Algunas vías ferratas presentan tramos verticales exigentes, donde la fuerza y la técnica son clave para avanzar con seguridad. (Copyright/Getty Imatges)

Escala Hüsler actualizada: del K1 al K6 (y más allá)

Actualmente, la Escala Hüsler es la referencia principal para evaluar la dificultad de las vías ferratas. Se divide en seis niveles, aunque en algunos casos se han añadido grados superiores para rutas extremadamente exigentes.

  • K1 – Fácil → Itinerarios bien trazados, con escalones y apoyos grandes. Ideales para principiantes y familias.
  • K2 – Poco difícil → Tramos más verticales con pasos algo más exigentes, pero aún bien asegurados.
  • K3 – Algo difícil → Secciones empinadas y expuestas, que requieren mayor esfuerzo físico y confianza en altura.
  • K4 – Difícil → Tramos verticales prolongados, con agarres pequeños y una mayor exposición al vacío. Se necesita experiencia.
  • K5 – Muy difícil → Recorridos exigentes con desplomes, pasos técnicos y agarres naturales. Requiere buena condición física y conocimientos avanzados.
  • K6 – Extremadamente difícil → Solo para expertos. Incluyen secciones muy expuestas, desplomes severos y tramos con escasos puntos de apoyo artificiales.

En algunos casos, se han añadido niveles superiores, como K7 y K7+, para describir ferratas con desplomes prolongados, secciones sin puntos de apoyo artificiales y dificultades comparables a la escalada deportiva.

Hombre con casco y arnés asegurado a un cable en una vía ferrata en las Dolomitas, con un impresionante paisaje alpino y un lago azul al fondo.
Las vías ferratas -en la imagen, una de los Dolomitas- ofrecen una combinación única de aventura y paisajes espectaculares, permitiendo disfrutar de la montaña con seguridad. (Copyright/Getty Imatges)

Escala Francesa: Sistema de graduación basado en el alpinismo clásico

Otro sistema de graduación utilizado en vías ferratas es la escala francesa, inspirada en la clasificación tradicional de las rutas alpinas. Al igual que la escala Hüsler, cuenta con seis grados de dificultad, pero con la particularidad de que puede incluir niveles intermedios, como ocurre en la graduación de escalada deportiva.

Los niveles de la escala francesa son:
F (FacileFácil): Ruta sencilla y accesible.
PD (Peu Difficile – Poco Difícil): Itinerarios con algunos tramos técnicos, pero bien equipados.
AD (Assez Difficile – Algo Difícil): Vías con mayor inclinación y algunos pasos expuestos.
D (Difficile – Difícil): Recorridos exigentes, con secciones verticales prolongadas.
TD (Très Difficile – Muy Difícil): Rutas con pasos técnicos y desplomes que requieren fuerza y experiencia.
ED (Extrêmement Difficile – Extremadamente Difícil): Vías altamente exigentes, comparables a la escalada clásica.

Aunque este sistema se sigue utilizando en algunos países, su similitud con la graduación de rutas alpinas clásicas puede generar confusión. Por esta razón, la escala Hüsler (K1-K6) ha ganado mayor aceptación en vías ferratas, ya que permite diferenciar esta disciplina de otras actividades de montaña de manera más clara y precisa.

Mujer con chaqueta azul y casco blanco ascendiendo por una vía ferrata, asegurada al cable de acero, con un paisaje de montañas y senderos al fondo.
La emoción de superar un tramo expuesto en una vía ferrata se combina con la satisfacción de la aventura en la montaña. (Copyright/Getty Imatges)

Claves para realizar vías ferratas con seguridad

Las vías ferratas están diseñadas para facilitar el acceso a zonas verticales, pero no deben subestimarse. La combinación de altura, esfuerzo físico y exposición al vacío exige preparación, equipo adecuado y conocimientos básicos de seguridad.

1. Forma física y experiencia

No todas las vías ferratas son aptas para principiantes. Algunas requieren buena fuerza en brazos y piernas, resistencia y, sobre todo, habilidad para gestionar la altura y la exposición. Antes de embarcarse en una ruta exigente, es recomendable ganar experiencia en itinerarios más sencillos.

2. Material obligatorio

Para garantizar la seguridad, es imprescindible contar con el equipo adecuado:

Casco: Protege de posibles caídas de piedras o golpes contra la roca.
Arnés con disipador de energía: Reduce el impacto en caso de caída.
Mosquetones de vía ferrata (tipo K): Diseñados específicamente para este tipo de actividad.
Guantes: Mejoran el agarre y protegen las manos del roce con el cable de acero.

3. Evaluación de la dificultad y condiciones meteorológicas

Antes de iniciar una vía ferrata, es fundamental revisar su nivel de dificultad y las condiciones climáticas. Factores como la lluvia, el viento o el frío pueden hacer que el recorrido sea más resbaladizo y peligroso, aumentando la exigencia técnica y el riesgo.

4. ¿Es recomendable ir con guía?

Para quienes se inician en esta disciplina o desean enfrentarse a vías de alta dificultad, la mejor opción es contar con un guía homologado. Un profesional no solo proporcionará instrucciones de seguridad y técnica de progresión, sino que también brindará apoyo en situaciones complejas.

¿Estás listo para tu primera vía ferrata? Equípate bien, elige la adecuada y disfruta con seguridad en la montaña.  Este es el primer artículo de una serie que Turiski dedicará a las vías ferratas. En el próximo, exploraremos algunas de las mejores rutas para cada nivel.

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    Periodista y Editor de Turiski